martes, 24 de mayo de 2016

El último humanista. Una entrevista a Mario Bunge (Lectura complementaria)

Por: Gustavo E. Romero




Mario Augusto Bunge (21 de septiembre de 1919, nacido en Florida Oeste, Argentina); es un físico, filósofo, epistemólogo y humanista, sobre todo un filósofo realista, cientificista, materialista y sistemista; defensor del realismo científico y de la filosofía exacta.


Mario Bunge lleva ya más de 70 años investigando sobre prácticamente todos los aspectos de la filosofía y la ciencia. Bunge es Doctor en Ciencias Físico Matemáticas por la Universidad Nacional de La Plata, fue Profesor Titular de Física Teórica en esa universidad y en la de Buenos Aires, Profesor Titular de Filosofía con Dedicación Exclusiva también en la UBA, así como en las de Delaware y Temple, y Frothingham Professor de Lógica y Metafísica en la Universidad McGill en Montreal, hasta retirarse como Profesor Emérito. Doctor Honoris Causa de casi una veintena de universidades de Europa y América, Guggenheim Fellow, Alexander von Humboldt fellow, Killiam Fellow; Mario Bunge es autor de unos 80 libros que incluyen clásicos como Causality (1959),Scientific Research (1967), y el monumental Treatise on Basic Philosophy (1974-1989) en 8 volúmenes, acaso la obra de filosofía más importante y ambiciosa del siglo XX. 

Profundamente interesado en el desarrollo de la cultura, dista de ser el pensador apartado de los problemas reales y encerrado en una torre de marfil filosófica. No hace mucho presentó sus memorias, tituladas Entre dos Mundos. En esa ocasión, tuve el honor de decir unas palabras sobre Mario, que reproduzco:

“La publicación del libro Memorias entre Dos Mundos de Mario Bunge en castellano, por las editoriales Eudeba y Gedisa, es un acontecimiento extraordinario en mi opinión. Y es extraordinario por dos razones. Primero porque la trayectoria vital de Mario es extraordinaria, y por otro lado porque la obra filosófica de Mario Bunge también es extraordinaria. Como recién comentaba Miguel Ángel [Quintanilla], si uno tiene que pensar en un filósofo comparable a Mario Bunge, el único nombre que por lo menos a mí me viene a la cabeza es el de Bertrand Russell. Bertrand Russell vivió en una época filosófica diferente; una época de transición, desde una filosofía más bien oscurantista a una filosofía científica, y no pudo desarrollar una obra con la coherencia que tiene la obra de Mario Bunge, que se pudo escribir en un período distinto, a partir de los años 50. Si tuviera que señalar qué es lo más extraordinario de la obra de Bunge precisamente diría eso: la coherencia. Hace no mucho releí Causalidad, el libro que Mario escribió en 1959; primero lo publicó en inglés, como se mencionó hoy, y luego lo sacó Eudeba en 1961, o sea hace 53 años. Es prácticamente imposible encontrar, en esa obra, algún enunciado que no sea armonioso con los volúmenes que seguirían a lo largo del medio siglo posterior. Si uno va a otros grandes libros de Mario, por ejemplo, en la década del 60, el Foundations of Physics -un libro que lamentablemente nunca fue traducido al castellano-, en la parte inicial del libro hay un proyecto de filosofía científica que básicamente preanuncia lo que Mario haría en las siguientes dos décadas, que sería el Tratado de Filosofía Básica, actualmente en proceso de traducción al castellano. La obra de Bunge no sólo es una obra coherente, sino que es una obra de extraordinaria claridad, es una obra de una enorme amplitud –abarca la semántica, abarca la ontología, abarca la epistemología y la filosofía de todas las ciencias especiales y abarca también la ética. Para los griegos la retórica, que sería lo que nosotros llamamos hoy en día la semántica, o filosofía del lenguaje, y la física, eran un medio para llegar a una ética, a un conocimiento que nos permitiese vivir en el mundo y vivir lo mejor posible. Lamentablemente, para la mayor parte de los filósofos y de las personas que hacemos ciencia hoy en día, la filosofía y las ciencias son solamente un trabajo más. Yo creo que Mario Bunge ha sabido rescatar ese espíritu de la vieja filosofía griega de que la ciencia y la filosofía son herramientas para llegar a una ética y a una forma de hacer mejor el mundo.

Permítanme terminar esta brevísima intervención con una confesión. El encontrarme con la obra de Mario Bunge ha sido el hecho capital de mi vida intelectual. Me ha marcado para siempre. En las últimas pocas semanas, durante el mes de septiembre, cuando leía las pruebas de galera de este libro, en un lugar muy extraño, en las islas Galápagos, me fue dado recuperar la alegría del descubrimiento inicial de esa obra extraordinaria.”

Una de las dichas de mi vida ha sido la amistad generosa de Mario Bunge. Quizás abusando de esa amistad, le he pedido una entrevista, para que ampliase algunos temas que toca en sus memorias, y otros que me han intrigado. Ofrezco al lector esa entrevista, en la esperanza de que la disfrute tanto como yo.

1. Su obra tiene una coherencia única en la filosofía actual. Sus primeros libros, como Causality, Metascientific Queries, Intuition and Science y The Myth of Simplicity son trabajos con un fondo realista, y despliegan una filosofía científicamente informada y en ocasiones altamente formalizada. Sin embargo, en mi opinión, es hacia 1967 que se produce quiebre con Scientific Research y Foundations of Physics: dos libros ambiciosos que presentan proyectos enormes de una unidad notable. EnFoundations, libro feliz y único, en su capítulo segundo presenta un esquema de lo que luego desarrollaría Ud. en su Treatise. Parecería como si a partir de allí pasó Ud a ocuparse en forma verdaderamente sistemática de un proyecto filosófico completo. ¿Cómo ve Foundations a casi 50 años de su publicación y cuál es el impacto que Ud piensa tuvo en el desarrollo de la filosofía de la ciencia?

1. 1. Creo que, si mi obra filosófica tiene alguna unidad y coherencia, es porque me he ocupado de problemas y no de autores; porque esos problemas son importantes y no meros ejercicios académicos; porque me han interesado todas las ramas de la filosofía; porque he procurado mantenerme cerca de la ciencia; y porque, al librarme de Hegel y sus discípulos, me empeñé en ser lo más claro posible. Tanto, que un amigo íntimo predijo que yo nunca llegaría a ser un filósofo. “¿Por qué?” le pregunté. “Porque se te entiende todo”, respondió.

1. 2. Por definición, problemas importantes son los que se presentan en paquetes o sistemas, de modo que no pueden atacarse de a uno, aislándolos de los demás componentes del sistema. Esta es una de las limitaciones del enfoque analítico. Por esto una vez les dije a los de SADAF (Sociedad Argentina de Análisis Filosófico) que planeaba instalarles en frente la futura ASF (Asociación de Síntesis Filosófica).

1. 3. El típico profesor de filosofía es un comentarista o escoliasta que trabaja miniproblemazo pseudoproblemas antes que un investigador de problemas gordos, como los de la naturaleza del espacio y el tiempo, la materia y la mente, la causalidad y el azar, el significado y la verdad, el valor y la acción, la ciencia y la técnica, la justicia social y el progreso. Suele plantearse problemitas o pseudoproblemas de las formas “¿Qué opinó Fulano acerca de la crítica de Mengano a Zutano?”, “¿En quiénes se inspiró Perengano?”, “¿En qué consiste conocer el color rojo?”, “En qué se distinguen los infinitos mundos posibles del que habitamos?”, “¿Cuáles nombres no cambian en otros mundos?”, “¿Cómo se asciende de un puñado de datos empíricos a una ley?”, “¿Por qué hay algo y no nada?”, y “¿Cómo construye el mundo el yo (o el cerebro)?” 

1. 4. La frecuencia de cuestiones de estas formas en la literatura filosófica actual explica tanto la fragmentación como la inutilidad de la misma: trata de nimiedades o de absurdos, de modo que las respuestas, cuando las hay, no constituyen avances del saber ni suscitan nuevos problemas que motiven nuevos proyectos de investigación. Son meros juegos sin consecuencia, como los juegos de naipes, aunque sin la excitación que provoca la incertidumbre del resultado. Evocan al cínico que declaró que la filosofía es aquello que, con ella o sin ella, el mundo permanece tal y cual. (En el original italiano suena mucho mejor.)

1. 5. En efecto, 1967 fue para mí como el annus mirabilis que vivió Newton tres siglos antes, aunque con consecuencias incalculables para todo el mundo. El que ambas obras mías aparecieran ese año se debió a circunstancias ajenas a mi voluntad, porque Scientific Research, que empecé a escribir en Buenos Aires en 1961, ya estaba concluido en 1963, y Foundations of Physics, comenzado en Delaware en 1964, fue terminado dos años después. En mis memorias,Dos mundos,cuento las vicisitudes que sufrieron ambas obras. Baste decir aquí que ambas fueron víctimas de la neofobia que aqueja a casi todos los filósofos contemporáneos, y también que la terminación y publicación de ambas son ejemplos de la buena suerte de que he gozado desde mi nacimiento. 

1. 6. Vd me pregunta por el impacto de mi sistema filosófico. Francamente, creo que no ha tenido ninguno en la comunidad filosófica, y un impacto muy débil sobre los físicos, psicólogos y sociólogos. Es verdad que algunos filósofos han adoptado algunas de mis ideas sin citarme, pero la mayoría las ha ignorado o basureado porque chocan con la imagen de segunda mano que han aprendido de las autoridades en la materia. Por ejemplo, los empiristas, que tendrían que haber analizado correctamente las operaciones de medición, no lo han hecho, porque han ignorado nada menos que los indicadores.

1. 7. Ya en La investigación científica (1967) afirmo que lo que se pone a la prueba empírica no es una proposición teórica sino la conjunción de la misma con un indicador adecuado, tal como la altura de una columna de mercurio cuando medíamos la temperatura corporal. Para peor, Dirac y otros grandes han afirmado que los valores teóricos se contrastan directamente con las lecturas de los instrumentos. Los trabajos prácticos que hacíamos en el Instituto de Física de La Plata me salvaron de cometer ese error garrafal.

1. 8. Foundations of Physics ha sido algo más exitoso gracias a un puñado de físicos, en primer lugar tu maestro Héctor Vucetich,el relativista mexicano Guillermo Covarrubias y el premio Nobel Willis Lamb, quien me ofreció trabajar con él cuando yo estaba inmerso en la filosofía de lo social.

1. 9. La escuela llamada estructuralista, de Patrick Suppes, Joseph Sneed, Wolfgang Stegmüller, y Carlos Ulises Moulines, comprende que hay que analizar teorías íntegras, pero lo que entienden por ‘teoría’ no es lo que entienden los matemáticos ni los físicos teóricos, y sus tentativas de reconstruir la mecánica y la termodinámica son tan absurdas, que se han ganado las burlas despiadadas del máximo especialista en esas teorías, el difunto Clifford Truesdell, amigo mío, en su libro An Idiot’s Fugitive Essays on Science (New York: Springer, 1984), en el que pulveriza a esos autores. Conste que yo intenté convencerlo a Truesdell de que morigerara sus ataques. Fue inútil: estaba furioso por esa tergiversación de la ciencia. Pero los autores de la misma no se dieron por aludidos. Tampoco reaccionaron a mi crítica, algo anterior, en Mathematical Reviews, en la que señalaba, entre otros errores graves, la confusión entre dos conceptos de modelo, el matemático (ejemplo de una teoría abstracta) y el usado en ciencia y técnica (teoría específica, o de alcance limitado), que Baithwaite había llamado apropiadamente teorita. Mis amigos Jesús Mosterín y Roberto Torretti sienten gran respeto por esos macaneadores, ninguno de los cuales ha aportado algo a las grandes controversias de su tiempo, en particular las referentes a la interpretación de la mecánica cuántica, el dualismo psiconeural, y el enfoque individualista de lo social.

1. 10.  Mi Foundations of Physics es desconocido por casi todos los filósofos de la física, mayormente porque se ocupan de calcular o medir, antes que de examinar fundamentos, y en muy pequeña parte debido a la reseña hostil de John Earman en Philosophy of Science. Earman, colaborador de Jesús Mosterín en un artículo sobre cosmología inflacionaria, atacó este libro pese a no saber física o, mejor dicho, por ignorarla por completo. Debe haberle molestado particularmente mi afirmación de que no es lícito examinar alguna fórmula famosa, tal como “E=mc^2”, fuera de su contexto, que es la mecánica relativista. Incluso Popper hizo esto: creía que esa fórmula valía para todo, cuando de hecho sólo vale para cosas dotadas de masa. La arrogancia de los filósofos es notable. También atacaron el libro el matemático holandés Hans Freudenthal, especialista en pedagogía matemática y el profesor de física Strauss, de Alemania Oriental, ninguno de los cuales había trabajado en axiomática.  

2. El problema de la verdad lo ha ocupado durante más de 50 años. Desde la publicación de su primera teoría de la verdad en The Mythof Simplicity hasta la penúltima, Matter & Mind, Ud. ha ido perfeccionado y esclareciendo su posición ¿Cuál es la situación actual del problema? ¿Qué falta hacer, en su opinión?

2. 1. Desgraciadamente no tengo nada nuevo que informar. Esto se debe a que la mayoría de los filósofos ni siquiera advierten el problema: no saben que en las ciencias y técnicas se usan dos conceptos de verdad (formal y fáctica), así como verdades aproximadas además de las exactas que nos dan la lógica y la matemática. Por ejemplo, la afirmación de que los planetas son esféricos es una verdad fáctica y aproximada: pertenece a la astronomía, no a la geometría, y su grado de verdad es algo menor que el de la afirmación de que los planetas son elipsoides imperfectos. Los científicos toman todo esto por sabido, mientras que los lógicos lo ignoran. Incluso el gran Tarski creyó que el concepto de verdad como adecuación de la idea a la cosa, que aprendió de Aristóteles, valía en matemática, y Popper acató su autoridad. Mi ex-alumno Jean-Pierre Marquis hizo su tesis doctoral sobre la verdad aproximada y construyó toda una teoría algebraica, a la que llamó “álgebra de Bunge”, publicada en el Notre Dame Journal of Logic, pero no tuvo repercusión.

2. 2. Los estudiantes de filosofía suelen empezar por las tablas de verdad, que sirven al principio, e interpretan el principio de ambivalencia como la tesis de que toda proposición es, ya verdadera, ya falsa. Yo lo interpreto como la tesis de que toda inferencia deductiva es, ya válida, ya inválida. Creo haber sido el primero en sostener que la lógica deductiva no es una teoría de la verdad, de modo que hay que inventar teorías de las verdades que respeten la lógica. 

2. 3. También creo haber sido el primero en afirmar que las lógicas no estándar, como la trivalente y la modal, son inútiles, y que la lógica para-consistente, que admite contradicciones, es perniciosa, ya que lo menos que podemos pedirle a una teoría es que sea coherente. También he criticado la identificación de verdad parcial con probabilidad, que es absurda, porque la verdad no tiene nada que ver con azar ni con incertidumbre. Ciertos hechos o acontecimientos son probables (mucho o poco), pero la expresión “la probabilidad de la proposición A es igual al número B” ni siquiera tiene sentido. Pero muchos filósofos seguirán usando el cálculo de probabilidades como la llave maestra para abrir todas las puertas filosóficas, porque es la única teoría matemática que conocen.

2. 4. En matemática pura se usan dos conceptos de verdad formal (como demostrable y comosatisfacible, o susceptible de tener modelos) y en las demás disciplinas usamos el concepto, aun intuitivo, de verdad de hecho, o conformidad de la idea a la cosa. He hecho varios intentos de construir tal teoría, la última vez en mi Evaluating Philosophies, del 2012, que tendría que estar por salir en castellano. Pero aun no estoy satisfecho. Necesitamos nuevas intuiciones y nuevos contraejemplos.

2. 5. En todo caso, yo trato la construcción de una teoría adecuada (¿verdadera?) de la verdad fáctica parcial como un proyecto de largo alcance. Espero que otros investigadores propongan teorías mejores que las mías, pero les advierto que se expondrán a la irritación de los lógicos, como la que atacó a mi amigo Paul Bernays (el asistente de Hilbert) cuando le presenté la primera de las mías. Una noche, en pleno invierno de 1961, fue a nuestro departamento, situado en el barrio negro de Filadelfia, para retarme y hacerme desistir de mi intento. Yo lo tomé con calma y no le llevé el apunte. También criticó mi teoría de la intensión (con s) o connotación, que expuse una década después en el aula colmada del ETH de Zürich, no porque le encontrase errores, sino porque era aun más formalista que su gran maestro David Hilbert. Pero ninguna de ambas críticas empañó la relación muy cordial que Marta y yo teníamos con él. Nos vimos tanto en los EE UU como en Europa. Una noche se lo presenté al filósofo argentino Andrés Raggio, viejo amigo mío, y los tres asistimos al seminario que Bernays mantenía en el ETH. No entendimos mucho porque exponía un estudiante que parecía recién bajado de la cumbre, ya que hablaba un alemán suizo muy cerrado.

2. 6. Nos visitamos con Bernays en Delaware y en Zürich, y nos encontramos en varios coloquios de la Académie Internationale de Philosophie des Sciences, en Bruselas, Lausanne y otras ciudades europeas. En una de nuestras charlas, Bernays se molestó por mis críticas a Freud; al fin y al cabo, él era pariente cercano de Martha Bernays, la esposa del mago vienés. En otra oportunidad nos explicó el misterio de su ciudadanía británica: había nacido en Londres, en el seno de una familia judía alemana, y su padre se había hecho rico importando de Sudáfrica plumas de avestruz para adornar los aparatosos sombreros que solían usar las grandes damas antes de la Primera Guerra Mundial.

3. Los 4 primeros volúmenes de su monumental Treatise on Basic Philosophy, dedicados a la semántica y la ontología, están altamente formalizados. Eso los hace libros particularmente claros y precisos. Sin embargo, el estilo del Treatise cambia a partir del tomo 5 y se vuelve más discursivo. ¿A qué se debió ese cambio? Mirado desde hoy, ¿piensa que fue positivo?

3.1 Es muy cierto que a partir del 5o tomo de mi Tratado hay poca matemática. El motivo es que hacia esa época cambió radicalmente el clima cultural o Zeitgeist: las humanidades y las ciencias sociales fueron inundadas por el posmodernismo, enemigo del rigor. Por ejemplo, la sociología matemática, que James Coleman, Raymond Boudon y Harrison White habían empezado con tanto ímpetu alrededor de 1960, se eclipsó de golpe. Cuando llegué a McGill a fines de 1966, propuse dictar un curso de sociología matemática y fui a verlo al director del departamento de sociología pidiéndole que me mandase algunos alumnos, y me respondió de buena fe: “¿Qué es eso?.” Y el patrón de la epistemología en la Université du Québec à Montréal difundió exitosamente la escuela austriaca de economía, que ignora la matemática y va junto con el individualismo filosófico y el neoliberalismo. 

3. 2. Yo cedí por temor a que nadie me leyese y abandoné el estilo matemático aunque, por supuesto, seguí rechazando el macaneo posmoderno, tan bien criticado por José Sebrelli en Argentina y por Gabriel Andrade en Venezuela. No obstante, en 1971 fundé la Society for Exact Philosophy, asociación americano-canadiense que sigue reuniéndose anualmente. Yo he dejado de asistir a sus reuniones porque casi todas las exposiciones que se hacen en ellas versan sobre aplicaciones de la concepción bayesiana o subjetivista de la probabilidad, que yo rechazo porque son modelos aprioristas, por tanto arbitrarios, de la creencia. 

3. 3. La psicología de la creencia es otra cosa: es la investigación empírica de las creencias. Irónicamente, uno de sus resultados es que nuestras creencias no se ajustan al cálculo de probabilidades. En particular, solemos violar el teorema según el cual el grado de creencia en una conjunción A&B es menor o igual que las probabilidades separadas de A y de B. 

4. ¿A qué se debió que una vez terminado el Treatise, se dedicase una década a la filosofía de las ciencias sociales?

4. 1. Hasta 1980 yo había trabajado en las filosofías de la matemática, física, biología y psicología, pero había descuidado la problemática filosófica de las ciencias sociales. Sentía el deber de llenar ese hueco en mi filosofía de la ciencia, tanto más por cuanto estaba muy insatisfecho con los trabajos que leía para dictar mis cursos sobre la materia, así como con las presentaciones que escuchaba en coloquios. Además, en la década de 1970 yo había publicado algunos trabajos sociológicos sobre estructura social, participación, marginación, desarrollo, e indicadores sociales, de modo que me sentía capacitado para trabajar en filosofía de las ciencias sociales.

4.2. En particular me interesaba la ontología de lo social: ¿Qué clase de cosa es el grupo social, cómo funciona y en qué se diferencia de lo biológico y de lo mental? Estaba insatisfecho tanto con el globalismo de Talcott Parsons como con el individualismo de Fredrich Hayek: con el primero debido a su tufo intuicionista, y con el segundo porque negaba la existencia de totalidades como la familia y la empresa, que poseen propiedades impersonales, como composición, estratificación, cohesión y estabilidad o su contraria. 

4. 3. Pensando en estos problemas di con el tercer enfoque, el sistemismo, y elaboré un concepto sistémico de grupo social. Este se resume en la cuaterna ordenada <Composición, Ambiente, Estructura, Mecanismo>. Presenté algunas de estas ideas en los seminarios sobre desarrollo organizados por UNESCO en Paris (1978), por el PNUD en México (1979), y en Katmandú el año siguiente. Todas esas reuniones me enseñaron y estimularon. Además, en todas ellas tuve maestros y críticos constructivos, los que escasean en las reuniones de filósofos.

5. Durante la primera década del siglo XXI publicó Ud. una serie de libros notables como suPhilosophical DictionaryEmergence & ConvergenceChasing Reality Matter& Mind. En cierta forma esos libros expanden en forma accesible problemas que ya había tratado. Son, quizás, los libros que más llegada han tenido al gran público en inglés. ¿Qué lo motivó a escribirlos?

5. 1. Cada uno de esos libros resume una nueva etapa de un proyecto de investigación de largo alcance. Retoma temas que había trabajado antes, pero siempre corrijo errores e introduzco algo nuevo. Por ejemplo, en Matter and Mind le doy al enredo (entanglement) más importancia que antes, al punto de afirmar que la caricatura clásica de una partícula elemental es el abrojo y no la bolita. También le doy al libre albedrío, en el que siempre creí, más importancia que antes. Es una característica que la máquina de Turing no puede imitar, porque ella se detiene cuando no recibe impulsos exteriores. Hay decenas de problemas que me siguen intrigando y manteniendo despierto después de medio siglo. Este es uno de los motivos del insomnio que padezco desde los treinta años de edad. 

5. 2. Además de repensar viejos problemas a la luz de los nuevos conocimientos que aprendo en las revistas científicas que frecuento, están los estímulos exteriores, como algunas preguntas que me formulan corresponsales viejos o nuevos, así como errores importantes que encuentro en la literatura. Por ejemplo, la semana pasada leí una frase de un neurocientífico a quien admiro: “El cerebro es la maquinaria que construye la realidad.” Junta un error (el mecanicismo) con una locura digna de un esquizofrénico (eso de la construcción en lugar de representación del mundo). 

6. ¿Por qué piensa que los filósofos angloparlantes son reacios a citar sus trabajos, mientras que los mismos trabajos son fuente de estímulo para muchos científicos? ¿Cree que esa situación se revertirá?

6.1 Creo que hay dos motivos: desinterés por los problemas que más me interesan, y facilismo. Recordemos que lo que más aprenden los estudiantes de filosofía en todo el mundo es historia de la filosofía, filosofía ya hecha por otros. Su tarea no es filosofar, sino leer y comentar textos. Les enseñan a convertirse en escolásticos, no a ayudar a avanzar el conocimiento conversando con gentes que enfrentan problemas nuevos.

6. 2. Para hacer carrera en filosofía hay que mostrar que se ha memorizado una pila de detalles que no excitan a nadie. Es peligroso enfocar problemas nuevos, o tratar problemas viejos de manera original. 

6. 3. Para la mayoría de los filósofos yo soy un advenedizo, un inmigrante indocumentado, ya que no tengo un doctorado en filosofía. Para peor, tengo el descaro de reprochar a filósofos profesionales, con doctorados en filosofía, el que no se atrevan a abordar problemas gordos, que exijan estudiar materias que no figuran en el plan de estudios de filosofía. Y cuando se animan a asomarse a territorio extranjero suelen limitarse a libros de divulgación, porque no están preparados para leer artículos técnicos en revistas especializadas. Este no es mi caso, ya que desde mis tiempos de estudiante me he habituado a leer revistas y, habiendo estudiado ciencias “duras”, no les temo a las “blandas.” En resumen, no soy uno de ellos, de modo que no tienen por qué leerme ni, menos aun, citarme, sobre todo cuando me plagian.

6. 4. No sé si esta situación cambiará alguna vez. Dejé de hacer profecías cuando mi bola de cristal se estrelló al chocar con la realidad.

7. En muchos de sus libros su estilo polémico suele ser particularmente duro para los estándares académicos anglosajones. ¿Piensa que eso ha perjudicado la divulgación de sus ideas originales en ese ámbito?

7. 1. Sin duda. Mi falta de tacto, que ya me reprochaban mis padres, me ha atraído muchas antipatías. Pero creo que lo que más odios me ha acarreado es el decirles a muchos que lo que están haciendo no es sino molestar a las polillas: que nada de lo que dicen o escriben ayudará a avanzar el conocimiento o, lo que es peor, que han obstaculizado la búsqueda de la verdad. ¿A quién puede gustarle que le digan que ha vivido en vano? Pero admita que soy circunspecto. Por ejemplo, no he escrito que el segundo Husserl estuviese loco de atar, ni que el segundo Wittgenstein escribía para tontos, ni que...

8. Entiendo que Nicholas Rescher es el filósofo vivo que mejor consideración le merece. ¿Puede resumir sucintamente el porqué?

8. 1. Admiro a Nick Rescher por su curiosidad, su conocimiento monumental, y su amor por la claridad. Nunca olvidaré la ocasión en que, en una reunión de un comité de un organismo internacional tuvimos que pronunciarnos sobre la interpretación de cierto reglamento. Éramos el lógico ruso Kolmogoroff, pariente del famoso, el filósofo y doctor en jurisprudencia Stephen Körner, Nick y yo. El único que entendió el problema fue Nick, quien disertó sobre el mismo y propuso la resolución que los demás aceptamos humildemente. Además, le estoy reconocido a Rescher porque ha respondido puntualmente a todas mis preguntas y ha reconocido mis méritos.

8. 2. Otra característica poco común de Rescher es que no ha tenido empacho en abrazar causas políticas impopulares. Por ejemplo, decidió hacerse republicano cuando advirtió que todas las guerras habían sido iniciadas por gobiernos demócratas. No sé si el belicismo de George Bush Jr. le ha hecho cambiar de opinión.

9. ¿Cuáles son en su opinión los principales temas abiertos de los que debería ocupar la filosofía contemporánea?

9. 1. Primero, siguen en pie todos los grandes problemas que nos han legado nuestros predecesores, desde los llamados presocráticos en adelante. No es que sean misterios insolubles, como lo afirmó recientemente Noam Chomsky, sino que se trata de grandes proyectos de investigación que esperamos, se vayan resolviendo de a poco.

9. 2. Segundo, están todos los nuevos problemas que van surgiendo a medida que avanzan las ciencias y las técnicas. Por ejemplo, todavía no sabemos a ciencia cierta en qué se distingue la materia viva de la química, en qué consiste la información de que hablan los psicólogos, ni cómo debemos obrar para evitar causar en los niños modificaciones epigenéticas heredables, ni qué es la justicia social.

10. ¿Porqué cree que la mayoría de los filósofos son tan ignorantes de ciencia, en particular de física y neurociencias?

10. 1. Primero, porque aprender ciencias duras es más difícil que leer y comentar historias de la filosofía. El jardinero de cementerio hace un trabajo mucho menos duro que el labrador que abre nuevos surcos en tierra virgen.

10. 2. Segundo, porque el idealismo y el fenomenismo, que han sido las filosofías dominantes desde Berkeley y Hume, Kant y Hegel, menosprecian, desprecian o malentienden la investigación científica. Incluso Popper, el más famoso filósofo de la ciencia, la ha entendido mal, al sostener que los científicos aspiran a que sus ideas sean refutadas (como me lo dijo en 1961, cuando lo visitamos con Marta), y que la historia de la ciencia es una sucesión de teorías, en que la única función de los experimentos es intentar refutar teorías. 

11. ¿Piensa que tiene sentido plantear, como lo intentan algunos físicos actuales, una "teoría del todo"? ¿Considera es epistemológicamente razonable pensar que pueda formularse tal teoría?

11. 1. En los tiempos en que la mecánica era la única teoría científica propiamente dicha, cabía la ilusión de que lo explicase todo. A partir de entonces se fueron descubriendo propiedades emergentes y se fueron construyendo teorías y disciplinas que desbordaban a la ciencia de los cuerpos. Ni siquiera a la física le bastó la mecánica cuando se estudió la luz. Los químicos posteriores a Dalton y Berzelius descubrieron vínculos químicos, como el que mantiene a la molécula de hidrógeno, que no eran físicos. Darwin mostró que las especies biológicas pueden transformarse sin que sucedan catástrofes físicas. Marx describió cambios sociales que surgen de conflictos sociales ajenos a la física y la química. Etc., etc. En resumen, la realidad es tan variada, que no basta una teoría para describirla y explicarla. De hecho, cada tanto se forman ciencias nuevas que nadie predijo. Por ejemplo, nadie predijo la epigenética, nacida hace una década.

11. 2. El proyecto de construir teorías de todo me parece ridículamente ambicioso, porque la mayoría de las propiedades las tienen exclusivamente los miembros de algunas clases. Por ejemplo, los átomos carecen de memoria, y los seres humanos somos los únicos animales que nos distinguimos por ser en gran medida artificiales, hecho que refuta los intentos de explicar la naturaleza humana en términos puramente biológicos.

12. ¿Cuáles son las mayores amenazas a la ciencia en nuestro tiempo?

12. 1. La principal amenaza a la ciencia es la misma que pende sobre la especie humana: los desastres antropogénicos causados por la pérdida constante de suelo, el agotamiento de recursos no renovables, el calentamiento global, y otras calamidades concomitantes con la industria que procura la ganancia de unos pocos en lugar del bienestar de todos.

12. 2. Las políticas científicas utilitarias, que privilegian a las ciencias aplicadas y a las técnicas, están hambreando a las ciencias básicas y están perjudicando a las que buscan conocimiento más que poder. Ejemplo reciente: las grandes firmas farmacéuticas han cerrado sus laboratorios de neurociencias porque no les rendía; en particular, no habían inventado nuevas píldoras para tratar eficazmente las enfermedades mentales más comunes, la depresión y la demencia. La ciencia aplicada y la técnica siempre se han nutrido de la ciencia desinteresada. Si esto lo ignoran los empresarios, el Estado tendrá que tomar la iniciativa. Incluso Clinton y Obama, tan obtusos en todo lo demás, lo han comprendido.

12. 3. Una amenaza menor es el anti-cientifismo que campea en los sectores de extrema derecha y de extrema izquierda, y cuyo resultado neto es desanimar a los jóvenes que están considerando seguir una carrera científica. Este engendro de filósofos oscurantistas y científicos fracasados no sería tan dañino si no penetrase en las universidades, como lo viene haciendo en Argentina. De aquí que los profesores de ciencias tienen el deber de contrarrestarlo.

13. ¿A qué va a dedicar el año 2015? ¿Qué proyectos tiene entre manos?

13. 1. Creo que me dedicaré a los fundamentos de la sociología. Aunque ya no podré contar con los sabios consejos de Bob Merton ni con las críticas agudas de Raymond Boudon, es seguro que podré interactuar con mi nuevo amigo Dominique Raynaud, que se especializa en historia de la ciencia y del arte, así como en sociología histórica del conocimiento. Es un náufrago notable del hundimiento de las humanidades francesas.

13. 2. Sin embargo, no estoy seguro de poder terminar este proyecto, porque desde que tuve mi primer accidente cerebro-vascular, hace cuatro años, siento que las parcas me pisan los talones.

14. ¿Qué le diría a un joven científico con intereses filosóficos, o a un joven filósofo con intereses científicos? 

14. 1. Le diría que haga filosofía siempre que la tome como vocación, no como profesión.

14. 2. También le aconsejaría que se ocupe de problemas, no de autores, y que prefiera los problemas grandes a los chicos, aunque piense que le quedan grandes, porque para disfrutar del filosofar hay que tomarlo como una aventura, no como una rutina. 

14. 3. Finalmente, le recomendaría que hable con no-filósofos, para saber cual es su filosofía espontánea, para saber qué tesis y problemas filosófico tienen sin saberlo, y para suscitarles inquietudes filosóficas. Por ejemplo, pregúnteles a los matemáticos cómo demostrar que todos los teoremas se descubren, no se inventan; a los físicos, que los entes físicos no tienen propiedades antes que empezaron a trabajar los físicos; a los biólogos, cómo saben que los dinosaurios de todo el mundo se extinguieron de golpe cuando cayó el gran meteorito en el Yucatán; a los antropólogos, cómo saben que Homo Sapiens nunca se cruzó con los Neanderthal; a los historiadores, por qué los parisinos destruyeron la Bastilla pese a que allí había solo 7 presos; a los teólogos, qué pruebas tienen de la existencia de Jesús; y a los acólitos de Chomsky, que niegan la evolución de las lenguas, por qué casi todos los sustantivos anglosajones perdieron el genero cuando fueron invadidos por los normandos, que sí les asignaban sexo (LA fleur, LE fruit).

15. Su teoría de la verdad considera como portadores de verdad a las proposiciones. Siendo las teorías sistemas infinitos de proposiciones, ¿piensa que puede atribuírseles valores de verdad?

15. 1. No. Creo que los valores de verdad emergen solamente en el curso del trabajo de poner a prueba las proposiciones. Mientras no se dé por concluido el trabajo de verificación, residen en una especie de limbo. Es claro que en el curso de dicho trabajo suele atribuírseles verdad o falsedad, pero tal atribución es tentativa o transitoria: se la hace para saber qué consecuencias traería su verdad o su falsedad.

15. 2. Me doy cuenta de que esta postura contradice al platonismo, que es la filosofía espontánea del matemático. Pero concuerda con mi visión de la investigación como invención justificable (no arbitraria), no como descubrimiento de un mundo platónico de ideas hechas. La realidad nos es dada, mientras que a la ciencia la vamos haciendo. Un jurista diría acaso que a mí me interesa la scientia ferenda más que la scientia lata.

16. ¿Porqué no cerró el Treatise con un Vol. 9, dedicado a la estética? Es la única rama de la filosofía que no ha abordado en forma sistemática.

16. .1 No me he ocupado de la estética porque no creo en ella. Creo que la estética no es una disciplina sino un montón de opiniones injustificadas, y que quienes no tienen experiencia artística debieran abstenerse de hacer estética.

16. 2. Sin embargo, creo que los filósofos que tengan experiencia artística pueden intentar hacer estética. Fue el caso de mi difunto amigo José María Ferrater Mora, autor de media docena de buenas novelas y una cincuentena de películas. Durante años le insté a que escribiese sobre estética. Finalmente empezó a escribirlo y había alcanzado a terminar cuatro capítulos cuando le falló el corazón. 

17. Permítame terminar preguntándole por sus gustos estéticos. ¿Podría mencionarme algunos artistas y escritores de ficción que tiene en estima? 

17. 1. No me duermo sin antes leer algunas páginas de alguna novela. Los grandes novelistas me inspiran tanto respeto y afecto como los grandes científicos y filósofos. Lo mismo me ocurre con los grandes dramaturgos y comediógrafos, como Aristófanes, Lope, Molière y Wilde. En cambio, los trágicos y la poesía me dejan frío.

17. 2. Desde mi adolescencia me gustó explorar las literaturas de todos los países. Creo que elQuijoteLa comedia humana y Guerra y paz son las cumbres de la novelística universal. Pero he “descubierto” grandes novelistas en todos los países que he visitado, excepto Argentina, Marruecos y Nepal, y me entusiasman algunos de países que nunca he visitado, como Albania (Ismail Kadaré), Trinidad y Tobago (Vidiadhar Surajprasad Naipaul), y Sudáfrica (J.M.Coetzee). También me gustan mucho Eça de Queirós,Jorge Amado, Alejo Carpentier, Gabriel Delibes, Mario Vargas Llosa, Naioul, Vonnegut, Narayan, Le Clézio, Margaret Atwood,Peter Carey, Philip Roth, Sinclair Lewis, Anatole France, Italo Calvino, José Saramago, Carlos Fuentes, Orhan Pamuk y otros más.

17. 3. Admiro el estilo de Borges, pero sus temas me parecen triviales: fue un miniaturista. Para emprender algo grande en cualquier campo hay que tener coraje. Los tímidos siguen a otros en lugar de tomar la delantera; y si es necesario se agachan ante los poderosos. 

17. 4. Siempre me gustó la música y una vez quise aprender a tocar el violín, mi instrumento favorito, pero fracasé. Mi repertorio musical es reducido: está comprendido entre Vivaldi y Prokofief. Me conmueven Mozart, Beethoven, Schubert, y algunas cosas de Bach, Schumann, Mendelsohn, Ravel, Stravinsky y Fauré, pero Britten, Bartók, Mahler y Schostakovich me aburren o enojan.Marta, que tiene una buena educación musical, se irrita por la limitación de mis gustos musicales, pero para mí no hay arte sin emoción, y los compositores posterioresa Prokofief me dejan frío en el mejor de los casos. En cuanto al rock, me parece la antimúsica, así como el existencialismo me parece la antifilosofía.

17. 5. Soy un negado para las artes plásticas, con excepción de los viejos maestros, como Dürer, Holbein, los Brueghel y Vermeer, así como los impresionistas. Me interesan Dalí y Magritte. Y me conmueven el Partenón y las catedrales góticas, especialmente las de Notre Dame, Chartres y Freiburg, a la que admiraba diariamente desde mi despacho en el Instituto de Física Teórica en esa ciudad, en la que escribí Foundations of Physics. Ella fue lo que más eché de menos cuando nos mudamos de Freiburg a Montreal.


Nota: Para todos los grupos de estudio.
Fuente: http://www.filosofiaenlared.com/2015/01/el-ultimo-humanista-una-entrevista.html

viernes, 13 de mayo de 2016

Revisar estas direcciones de blog que complementan este proceso formativo
















LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN VENEZUELA ELEMENTOS PARA LA ELABORACIÓN DE UNA AGENDA

(Lectura Complementaria para Investigación Social y Metodología de la Investigación) 





Por: Luis Alberto Buttó
Universidad Simón Bolívar


RESUMEN

Las demandas de la nueva economía alertan sobre la necesidad de aprovechar la capacidad instalada de investigación científica de las universidades nacionales, como fuente de primera importancia en la generación de conocimiento, materia prima fundamental de la sociedad contemporánea. En función de ello, es necesario formular una agenda de trabajo que contemple la posibilidad de desarrollar líneas de investigación que persigan, entre otros, los siguientes objetivos: i) comprender y acelerar los mecanismos de inserción de la economía venezolana en el proceso de globalización; ii) propiciar un proceso sostenido de innovación científica y tecnológica, traducido en el desarrollo de ventajas competitivas expresadas en la agregación de valor en los distintos eslabones de la cadena de producción, distribución y comercialización; y iii) establecer el punto de partida para la formulación e instrumentación de estrategias de penetración y posicionamiento en los mercados internacionales.

En este artículo se proponen algunos elementos que, a juicio del autor, deben ser considerados al momento de estructurar la mencionada agenda de trabajo. Este informe es un resultado parcial del desarrollo del proyecto Historia Social de la Ciencia en Venezuela Contemporánea.

Palabras clave: investigación científica, modelo de desarrollo y acumulación, agenda de trabajo y líneas de investigación de la comunidad científica en Venezuela.

Dar un click acá para accesar al documento: (PDF)
Copyright@2004, Universidad Nacional Abierta - Dirección de Investigaciones y Postgrado
Buttó, L (2000). Las Prioridades de la Investigación Científica en Venezuela.  Revista Electrónica de Investigación Científica, Humanística y Tecnológica, Volumen 1, Fascículo 5 (Mayo, 2000)

martes, 10 de mayo de 2016

NUEVO SEMESTRE DE INVESTIGACIÓN SOCIAL Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN (ASIGNACIONES)






INFORMACIÓN (Tablero de Mando):
Saludos a todos mis estudiantes de investigación social y metodología de la investigación. Este blog de tarea acobija ambas áreas de conocimiento. Volvemos a situaciones de contingencia por lo cual estaremos avanzando en razón de la información que les vaya subiendo a nuestro portal interactivo.

Primero, para el grupo de Metodología de la Investigación, ahondaremos una lectura que aborda el tema del Ciencia y la naturaleza de la investigación, para ir conociendo conceptos básicos en lo que corresponde a la necesidad que cada estudiante tiene de explorar el medio que le rodea y sus elementos constitutivos.
La segunda lectura, va dirigida a los estudiantes de investigación social y tiene que ver con la definición general de qué es la investigación y cómo se entiende desde el enfoque cuantitativo.

De ambas lecturas, por equipo, se hará un ensayo-resumen (Planteamiento introductorio, Desarrollo argumental, Cierre y Referencias), de tres cuartillas (3 páginas tamaño Carta), que enviaran al correo azocarramon1968@gmail.com, e imprimirán una ficha de registro del equipo con el nombre del resumen y fecha, que se entregará en el aula de clases como evidencia del trabajo realizado (tienen hasta el próximo lunes la entrega de esta asignación).

Aprendamos, apreciados estudiantes, a darle uso a las nuevas tecnologías para complementar el proceso de aprendizaje y darle mayor integralidad y capacidad dialógica. Mientras siga esta situación de crisis (que parece no tener una solución inmediata), seguiremos comunicándonos, semana a semana, por esta vía.

LECTURA PARA METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN (Texto de Daniel Salomón Behar Rivero, 2008, “Metodología de la Investigación”)
Dirección para descargar texto en formato PDF:
(Como son un equipo, leerán como un equipo: desde la página 7 a la página 81)

LECTURA PARA INVESTIGACIÓN SOCIAL
Dirección para descargar texto en formato PDF:
Segunda dirección:http://www.trabajosocial.unlp.edu.ar/uploads/docs/corbetta__piergiorgio__metodologia_y_tecnicas_de_investigacion_social_.2_corbetta_metodologia_y_tecnicas_2da_parte_cap_3.pdf

(Como son un equipo, leerán como un equipo: son dos archivos, la primera dirección, documento Técnicas de Investigación Social, de 19 páginas, en su totalidad; y la segunda dirección, del libro “Metodología y Técnicas de Investigación Social”, de Piergiorgio Corbetta, el capítulo 3, subtitulado “La traducción empírica de la teoría”)

lunes, 28 de marzo de 2016

El Enfoque Cualitativo en la Investigación

Por: Miguel Martínez Miguélez



"La diversidad de nuestras opiniones no viene del hecho que unos seamos más razonables que otros, sino del hecho que conducimos nuestros pensamientos por vías diferentes y no consideramos lasmismas cosas".
René Descartes, 1637

En casi todas las ramas y áreas de las Ciencias Humanas está aumentando una confusión y desconcierto en cuanto a las aspiraciones y pretensiones de validez de sus estrategias y procedimientos metodológicos y, por consiguiente, de sus conclusiones. Por esto, el lector normal no percibe una lógica demostrativa que lo lleve desde los supuestos aceptados por el investigador hasta sus conclusiones finales.

Descartes nos dice, al principio de su Discurso del Método, que "la razón es por naturaleza igual en todos los hombres". Y también se plantea la pregunta de cómo o por qué la misma razón produce la "diversidad de nuestras opiniones". La respuesta la ubica en el método: "no viene de que unos seamos más razonables que otros, sino del hecho que conducimos nuestros pensamientos por diversas vías y no consideramos las mismas cosas".

Este capítulo trata de ilustrar los niveles y opciones, casi siempre implícitos, adoptados por el investigador, que generan una brecha en el arco demostrativo. Se tratan, básicamente, la opción epistemológica (que define la naturaleza del conocimiento: modelo especular y modelo dialéctico) y la opción ontológica (que determina el concepto general de la realidad a estudiar: agregados y sistemas). En la parte final, se ponen de relieve las ideas centrales que caracterizan al enfoque cualitativo de investigación que, por su mayor novedad, no siempre es bien entendido y aplicado en sus técnicas y procedimientos.

Los enfoques en la ciencia




El enfoque con que vemos una realidad depende de nuestro punto de vista, y éste depende de nuestro punto de ubicación. Así, el enfoque con que vemos, por ejemplo, la estatua ecuestre que está en el centro de la plaza dependerá de nuestra ubicación en la misma, ya que es una lógica consecuencia de ella. Por ello, para explicar, justificar y demostrar la validez de nuestro enfoque, tenemos que explicar, justificar y demostrar la validez de nuestra ubicación, es decir, cómo y por qué llegamos ahí y, sobre todo, por qué seguimos ahí.
Los enfoques metodológicos que se emplean actualmente en las Ciencias Humanas son diferentes entre sí porque, ordinariamente, implican una ubicación con dos opciones previas, que muy raramente se hacen explícitas y menos aún se analizan o se tienen en cuenta las consecuencias que de este análisis pudieran derivarse. Estas opciones previas son la opción epistemológica y la opción ontológica.

Si dos científicos sociales concuerdan en la elección de estas dos opciones, fácilmente concordarán también en las metodologías que aplicarán, es decir, en sus estrategias, técnicas, procedimientos e instrumentos metodológicos.
Todo investigador se fija como objetivo alcanzar unos conocimientos seguros y confiables para resolver los problemas que la vida le plantea. Pero, en los medios académicos, se aspira también a que estos conocimientos sean ciencia, es decir, que se puedan demostrar.

La demostración ha constituido, desde Aristóteles en adelante, el atributo fundamental, sine qua non, de la ciencia.

Pero la demostración, para ser tal, debe ser completa, o no es demostración. Es decir, debe abarcar todo el arco del proceso mental por medio del cual se llega a un determinado resultado. Como la seguridad de una cadena depende de la solidez de cada uno de sus eslabones, y le basta uno débil para romperse, así el valor de una demostración depende de la firme concatenación de todo el arco demostrativo.

Los dos eslabones de la cadena que más frecuentemente se soslayan están constituidos por la opción epistemológica, que define lo que entendemos por "conocimiento", y la opción ontológica, que determina el concepto general de la "realidad" que vamos a investigar. La primera opción está más relacionada con el sujeto y la segunda con el objeto. Estas dos opciones, en la práctica de muchos investigadores, frecuentemente quedan implícitas, o se asumen y dan por supuestas en forma más o menos acrítica; y se procede así porque no se tienen en cuenta la evolución y progreso que otras disciplinas han realizado, especialmente a lo largo de este siglo, y que inciden en forma determinante en su conceptualización.

Examinemos más de cerca cada una de estas dos opciones, los niveles en que se ubican y las consecuencias que de estas elecciones se derivan.

Nivel epistemológico

Es sumamente importante aclarar, ante todo, el contenido de este concepto. El término "epi-steme", usado por Aristóteles para señalar el conocimiento científico, significa precisamente "sobre-seguro", sobre algo firme, estable: epi, prefijo griego, significa "sobre" como en epi-centro, epi-tafio, y stem es una raíz del viejo sánscrito –madre de muchas lenguas europeas–, que significaba "roca", "piedra", como todavía lo es en inglés "stone", en alemán "stein" y en sueco "sten"; centenares de palabras nuestras latinas vienen de la misma raíz, como estabilidad, estar, estatua, estado, estatuto, estilo (originariamente, columna de piedra), etc. De modo queepistemología es el estudio de un saber firme, sólido, seguro, confiable, "sobre-roca".

La riqueza del pensamiento filosófico relacionado con nuestros procesos del conocer es sumamente amplia. No vamos a entrar aquí en su análisis y fundamentación. Baste decir que, tratando de identificar el criterio relevante que constituye la diferencia epistemológica de cada una de estas "teorías de la verdad", podríamos centrar su pensamiento alrededor de los siguientes conceptos: correspondencia o adecuación entre la mente y la realidad (forma clásica aristotélica), evidencia y certeza interior del sujeto sobre algo (posición de Descartes), coherencia en el sentido (como explica la filosofía de Hegel), utilidad o pragmática de los resultados (autores americanos como James, Dewey, Rorty), teoría semántica de la correspondencia en el sentido de Tarski, formas constructivistas de la teoría del consenso de Habermas y formas dialécticas o interaccionistas (sujeto-objeto) de muchos autores modernos, como Hanson, Toulmin, Polanyi, Feyerabend, Lakatos, Morin, el último Popper, y los mismos físicos Heisenberg y Niels Bohr, entre otros.

Nos referiremos brevemente a la primera y a la última de estas orientaciones epistemológicas (la de correspondencia y la dialéctica), pues son éstas las que, en la práctica, tienen más vida en los ámbitos académicos y las que signan las vías alternas metodológicas a emplear.

Modelo especular

La primera orientación es la que ha venido a llamarse "modelo especular" del conocimiento. Su idea central –a la cual ya nos hemos referido en los capítulos anteriores– expresa que fuera de nosotros existe una realidad totalmente hecha, acabada y plenamente externa y objetiva, y que nuestro aparato cognoscitivo es como un espejo que la refleja dentro de sí, o como una pasiva cámara oscura o fotográfica (analogía de Locke: Ensayo sobre el Intelecto Humano, 1690, vol.I, final del cap. XI) que copia pequeñas imágenes de esa realidad exterior, al estilo, por ejemplo, del ojo, que formaría una pequeña imagen del objeto exterior en la retina y el nervio óptico se encargaría de transmitirla al cerebro. De esta forma, ser objetivo es copiar bien esa realidad sin deformarla, y la verdad consistiría en la fidelidad o correspondencia de nuestra imagen interior con la realidad que representa.

Este modelo es el que ha sido adoptado por los autores de orientación positivista. Para lograr plena objetividad, absoluta certeza y una verdad incuestionable, los positivistas de los últimos tres siglos (Locke, Hume, J.S.Mill, Comte, Mach y otros) se apoyaron en el análisis de la sensación como en piedra segura (epi-steme), tratando de establecer un origen sensorial para todos nuestros conocimientos.

De esta manera, y siendo muy lógicos, consideraban que sólo las sensaciones o experiencias sensibles eran un fenómeno adecuado para la investigación científica; sólo lo verificable empíricamente sería aceptado en el cuerpo de la ciencia; la única y verdadera relación verificable sería la de causa y efecto; la explicación de las realidades complejas se haría identificando sus componentes: partículas, genes, reflejos, impulsos, etc., según el caso; los términos fundamentales de la ciencia debían representar entidades concretas, tangibles, mensurables, verificables, de lo contrario, serían desechados como palabras sin sentido; las realidades inobservables habría que "definirlas operacionalmente" para poderlas medir; los modelos matemáticos, basados en datos bien medidos, serían los ideales para concebir y estructurar teorías científicas.

El modelo especular ha sido aplicado prevalentemente y en forma exitosa en la ciencia y tecnología de los cuerpos de tamaño intermedio; a él se debe el avance tecnológico de los últimos siglos. Se ha demostrado, en cambio, inadecuado para el estudio del mundo submicroscópico (estudio del átomo), el mundo de la vida y el mundo macroscópico (estudio astronómico).
Conviene llamar la atención sobre el hecho de que el modelo especular se apoya, fundamentalmente, y asume como cierto el supuesto de que nuestro aparato cognoscitivo es básicamente pasivo, como insinúa la metáfora de la cámara oscura o fotográfica, o la aparente mecánica de la visión ocular.

Modelo dialéctico

La supuesta pasividad del sujeto conocedor nunca fue compartida, a lo largo de la historia, por los autores que estudiaron los procesos cognitivos. El mismo Aristóteles, que dio origen al modelo especular, distinguió siempre entre un intelecto "paciente" y un intelecto "agente", al cual asignaba una actividad que nunca tuvieron en cuenta los empiristas y positivistas. Es más, Aristóteles dijo que "lo que está dado a los ojos (lo que se ve) es la intención del alma".

Con la llegada de Copérnico, –como ya tuvimos ocasión de examinar– toda la cultura occidental entendió que el movimiento que todos observaban en el sol (que salía, subía, se movía, bajaba y se ocultaba) no estaba en el sol, sino en el observador, es decir, que esa realidad empírica y sensorial era sólo aparente. Y Galileo habla de la dificultad y casi imposibilidad que constituía para ellos el negar una realidad sensorial, empírica y "evidente" para todos, basándose en la sola fuerza de la razón lógica (Diálogo sobre los dos sistemas máximos del mundo).

Posteriormente, Kant –según él mismo escribe en el Prefacio a la segunda edición de su obra máxima Crítica de la Razón Pura (1787)– trata de hacer una revolución copernicana en todo el proceso cognitivo. Para Kant, la mente humana es un participante activo y formativo de lo que ella conoce. La mente "construye su objeto" informando la materia amorfa por medio de formas subjetivas o categorías y como si le inyectara sus propias leyes.

Estas ideas sobre la actividad del sujeto conocedor se van generalizando, sobre todo, hacia fines del siglo pasado, por obra de autores como Brentano (al hablar de laintencionalidad), Dilthey (historia y hermenéutica), Husserl (fenomenología), von Ehrenfels (psicología), Max Weber (sociología) y William James (psicología), entre otros. En el campo de la psicología, además, Freud establece la influencia de la actividad del sujeto al hablar del mecanismo de proyección.

Por su parte, los gestaltistas, con el estudio del fenómeno fi, aclaran la naturaleza del movimiento aparente, base, posteriormente, del cine. Y los grandes físicos de este siglo fundamentan la revolución de la física sobre la base de que la relación sujeto-objeto (en este caso observador-átomo) cambia la naturaleza no sólo percibida sino real del átomo. La teoría de la relatividad, por otra parte, supera las teorías newtonianas vigentes desde hacía tres siglos, y hace ver que los fenómenos dependen y son relativos al observador.

El enfoque dialéctico entre el sujeto conocedor y el objeto conocido es avalado hoy día de una manera contundente por los estudios de la Neurociencia, como puntualizamos en el capítulo 4 y en otras partes.

¿Por qué, entonces, –y ésta es la gran pregunta– tenemos la impresión de captar las cosas y la realidad en general como están ahí fuera y no interpretadas por nosotros con base en nuestra experiencia, valores, intereses, actitudes y creencias? ¿Por qué tendemos a caer y a aferrarnos a lo que Bertrand Russell llama el"realismo ingenuo"?

La respuesta que da la Neurociencia a esta pregunta es que la velocidad de interpretación es tan elevadamente alta (de uno a diez millones de bits por segundo en el cerebro completo, lo que equivale a más de 300 páginas de un libro normal), que no podemos tener la más mínima conciencia (ser conscientes) de la mayoría de los procesos y mecanismos involucrados en el acto perceptivo o cognitivo.

De esta manera, es fácil comprender la afirmación y constatación de tantos investigadores expertos: "no hay hechos sino interpretaciones".
Conviene enfatizar que la aceptación del modelo dialéctico implica un cambio radical en el enfoque metodológico, especialmente si se trata del estudio de las ciencias humanas.

Nivel ontológico

Cuando una realidad no es un agregado o yuxtaposición de elementos, sino que sus "partes constituyentes" forman una totalidad organizadacon fuerte interacción entre sí, es decir, cuando constituyen un "sistema", su estudio y comprensión requiere la captación de esa estructura dinámica interna que lo define y caracteriza.

Igualmente, precisamos que el mundo de los sistemas, especialmente de los no-lineales, puede ser impredecible, violento y dramático; que un pequeño cambio en un parámetro puede hacer variar su dinámica poco a poco y, de golpe, variar a un tipo totalmente nuevo.

También vimos que el principio de exclusión de Pauli establece que las "leyes-sistema" no son derivables de las leyes que rigen a sus componentes. Las propiedades, por ejemplo, de una molécula de agua (H2O), en cuanto un todo, se gobiernan por leyes no relacionadas con aquellas que rigen a sus "partes" separadas: hidrógeno, oxígeno; el "todo" es explicado por conceptos característicos de niveles superiores de organización y tiene propiedades emergentes totalmente diferentes.

Ahora bien, nuestro universo está constituido básicamente por sistemas no-lineales en todos sus niveles: físico, químico, biológico, psicológico y sociocultural. Bertalanffy señala que desde el átomo hasta la galaxia nuestro mundo está constituido por sistemas y, por consiguiente, necesitamos usar una ontología de sistemas.

Si el valor de cada elemento de una estructura dinámica o sistema está íntimamente relacionado con los demás, si todo es función de todo, y si cada elemento es necesario para definir a los otros, no podrá ser visto ni entendido "en sí", en forma aislada o descontextualizada, sino a través de la posición y de la función o papel que desempeña en la estructura. Más aún se evidenciará esta situación cuando estos procesos se entrelazan, interactúan y forman un todo coherente y lógico, como sucede con los valores, actitudes, intereses y creencias de una persona, una familia, un grupo social o una cultura específica. Todo esto exige un enfoque holista e interdisciplinario de la realidad.

Sin embargo, la ciencia, aunque limitada e imperfecta en su estado actual, busca un objetivo muy valioso: expresar con un modelo o teoría la forma y orden, es decir, la estructura, patrón estructural o configuración de una realidad compleja. En fin de cuentas, el lograr una teoría explicativa es el fin de la ciencia. El mismo Einstein solía decir que "la ciencia consistía en crear teorías". Por otra parte, hay muchas investigaciones que no buscan la elaboración de teorías, sino simplemente la exploración panorámica u opinión de una comunidad sobre un determinado tópico como, por ejemplo, establecer la jerarquía de valores, el nivel de asociación de dos variables, la intención del voto de una población en un momento determinado, etc.

Por todo ello, pudiéramos ilustrar, con dos ejemplos, la solución de esta dificultad, y establecer el criterio que de los mismos se deduce: si el investigador quiere conocer el promedio, por ejemplo, del tamaño de la mano humana en una determinada población, o la relación que hay entre el tamaño de la mano y la longitud del pie, deberá buscar una muestra aleatoria y representativa de esa población. Si, en cambio, lo que desea es conocer la estructura y organización dinámica de la mano humana (sus nervios, músculos, venas, huesos, tendones, etc. y su función), deberá escoger una o varias personas más representativas (es decir, que no tengan nada que las haga ver atípicas) y estudiar de manera profunda cada caso. Asimismo, si se desea conocer los factores que más se repiten en el fenómeno del "rechazo escolar" que sienten muchos niños en edad preescolar, habrá que estudiar una muestra representativa de la población en cuestión; si, por el contrario, se desea saber laestructura interna o el sistema dinámico en la personalidad del niño que origina lo que llamamos "rechazo escolar", será necesario estudiar unos cuantos casos típicos a fondo; de un estudio como éste se podrá, tal vez, concluir (como le sucedió al autor de esta obra hace algunos años) que los factores son sumamente variados en cada caso y pueden crear desconcierto, sobre todo en los estudios superficiales, pero la estructura interna en que intervienen es básicamente la misma.

Se podría concluir esta parte estableciendo el siguiente principio: en la medida en que el elemento o fenómeno a estudiar pueda ser descontextualizado de la estructura o sistema personal o social sin que pierda su esencia o desvirtúe su naturaleza, las técnicas matemáticas actuales pueden ser usadas eficazmente; en la medida, en cambio, en que el aspecto o fenómeno que se va a estudiar forme parte constituyente de la estructura dinámica o queramos conocer el sistema interno de esa realidad, los métodos cualitativo-sistémicos se hacen indispensables.

El enfoque cualitativo






El término "cualitativo", ordinariamente, se usa bajo dos acepciones. Una, como cualidad: "fulano tiene una gran cualidad: es sincero". Y otra, más integral y comprehensiva, como cuando nos referimos al "control de calidad", donde la calidad representa la naturaleza y esencia completa, total, de un producto.

Cualidad viene del latín qualitas, y ésta deriva de qualis (cuál, qué). De modo que a la pregunta por la naturaleza o esencia de un ser: ¿qué es?, ¿cómo es?, se da la respuesta señalando o describiendo su conjunto de cualidades o la calidad del mismo. En sentido propio, filosófico, según Aristóteles, "las acepciones de la cualidad pueden reducirse a dos, de las cuales una se aplica con mayor propiedad y rigor. En efecto, en primer lugar, cualidad es la diferencia o característica que distingue una sustancia o esencia de las otras" (Metafísica, Libro 5, Cap. 14: De la cualidad). Y en la Lógica hace ver que la forma sintética de la cualidad no puede reducirse a sus elementos sino que pertenece esencialmente al individuo y es la que hace que éste sea tal o cual.

Igualmente, el Diccionario de la Real Academia define la cualidad como la "manera de ser de una persona o cosa". Y el Diccionario que acompaña a laEnciclopedia Británica dice que la cualidad "es aquello que hace a un ser o cosa tal cual es".

Es esta acepción, en sentido propio, filosófico, la que se usa en el concepto de "metodología cualitativa". No se trata, por consiguiente, del estudio de cualidades separadas o separables; se trata del estudio de un todo integrado que forma o constituye una unidad de análisis y que hace que algo sea lo que es: una persona, una entidad étnica, social, empresarial, un producto determinado, etc.; aunque también se podría estudiar una cualidad específica, siempre que se tengan en cuenta los nexos y relaciones que tiene con el todo, los cuales contribuyen a darle su significación propia.

De esta manera, la investigación cualitativa trata de identificar la naturaleza profunda de las realidades, su estructura dinámica, aquella que da razón plena de su comportamiento y manifestaciones. De aquí, que lo cualitativo (que es el todo integrado) no se opone a lo cuantitativo (que es sólo un aspecto), sino que lo implica e integra, especialmente donde sea importante.

El enfoque cualitativo de investigación es, por lo tanto, y por su propia naturaleza, dialéctico y sistémico. Estos dos presupuestos, epistemológico y ontológico, conviene hacerlos explícitos, en todo proyecto o desarrollo de investigación, a través de un breve "marco epistemológico", para evitar malentendidos en los evaluadores de los mismos. En efecto, la mayoría de los evaluadores de proyectos o investigaciones cualitativos, suelen hacerlo desde el marco epistemológico del"modelo especular", razón por la cual la evaluación falla por la base.

Por esta razón, a continuación, trataremos de puntualizar algunas de las ideas centrales que caracterizan a las investigaciones cualitativas, referidas a: (1) Diseño general, (2) Métodos cualitativos, (3) Estrategias y (4) Generalización, validez y confiabilidad.









1. Diseño general

Marco Teórico Referencial. Ante todo, es necesario enfatizar que el "marco teórico" que se antepone a cualquier investigación cualitativa es, generalmente, sólo "teórico-referencial", es decir, fuente de información y nunca modelo teórico en el cual ubicar nuestra investigación. Servirá para contrastar, después, nuestras conclusiones con las de otros autores y, así, entenderlas mejor, pero nunca para forzar e imponer una interpretación determinada.

La razón de este proceder es que un marco teórico nos impone ya desde el principio todo un mundo teórico, conceptual e interpretativo que pudiera no ser el más adecuado para entender la realidad que estamos estudiando. Y su falta de lógica está en el hecho de que da en gran parte por resuelto lo que todavía no se ha estudiado. Por esto, muchos marcos teóricos son constreñidores, ya que instalan lo nuevo en moldes viejos, imposibilitando la emergencia de lo original y de lo novedoso y, con ello, de toda innovación.

Lo que en las ciencias de la naturaleza puede ser bueno, debido a su carácter más universal, en las ciencias humanas puede resultar muy funesto. En la tarea investigativa en estas ciencias frecuentemente se opta por imitar o copiar modelos extranjeros o extranjerizantes. La imitación muchas veces es altamente engañosa: al imitar se elude el esfuerzo creador de lucha con el problema, que puede hacernos comprender el verdadero sentido y los límites o defectos de la solución que imitamos. Por otro lado, si en algún campo técnico resulta a veces más rentable la compra directa de algunas patentes que el mantenimiento de un aparato científico propio, en el área de las ciencias humanas esto resulta imposible: la idiosincrasia nacional o regional, las estructuras y los contextos propios e infinidad de variables individuales en acción hacen que la realidad a estudiar sea muy particular y propia, y, a veces, simplemente, única.

El Problema. La orientación metodológica cualitativa no suele partir del planteamiento de un problema específico, sino de un área problemática más amplia en la cual puede haber muchos problemas entrelazados que no se vislumbrarán hasta que no haya sido suficientemente avanzada la investigación. Por esto, en general, el partir de un problema, cierra el posible horizonte que tienen las realidades complejas, como son las realidades humanas.

Los problemas más intrigantes para los investigadores cualitativos son precisamente los que ellos mismos identifican. Pero esto exige ciertas condiciones: el descubrimiento de un problema importante puede requerir cierto tiempo y que se haya acumulado bastante información, que se adopten nuevas perspectivas o se cambie de enfoque, que se varíen las hipótesis interpretativas de lo que se va encontrando y no percibir la "justificación" de la investigación como el único fin de un científico
Esto, de ninguna manera quiere decir que, en un caso específico, no sea útil o conveniente partir de un problema concreto, si eso es particularmente lo que se desea investigar.

Las Hipótesis. Aunque la mente humana difícilmente trabaja con una ausencia total de hipótesis, tampoco se formula una hipótesis a verificar, ya que se está abierto atodas las hipótesis plausibles y se espera que la mejor emerja del estudio de los datos y se imponga por su fuerza convincente. Es muy difícil que el investigador tenga la mejor hipótesis a la vista: si fuera así, no haría falta hacer la investigación. Por ello, es necesaria una gran apertura hacia todas las hipótesis que se vayan revelando consistentes. Las hipótesis son, más bien, provisionales, y se van modificando durante el proceso, para no estrechar nuestra perspectiva y visión de la realidad. En general, no estamos tan interesados en verificar una hipótesis específica, cuanto en que la mejor se revele claramente. Pero también aquí, puede ser que un investigador esté interesado en "verificar" una determinada hipótesis, en cuyo caso es lógico que parta de ella.

Los Objetivos. En las investigaciones cualitativas, sin embargo, sí se fijan unos objetivos a lograr: algunos son más bien generales y otros específicos, pero todos deben ser relevantes para las personas interesadas en la investigación. A veces, es preferible fijar sólo objetivos generales, y determinar los específicos durante la marcha, para no buscar metas que quizá resulten triviales. El objetivo puede ser muy preciso, como, por ejemplo, clarificar tal o cual fenómeno o área problemática, aun cuando sus problemas específicos o dificultades propias estén todavía muy enredados y sólo se puedan plantear o formular expresamente cuando la investigación esté más adelantada.

Estos objetivos determinarán, en parte, las estrategias y procedimientos metodológicos. Un error frecuente y grave consiste en pretender llegar al conocimiento de estructuras estudiando elementos en muestras aleatorizadas, y sometiendo los "datos" a un tratamiento estadístico, donde los elementos de un individuo quedan mezclados con los de todos los demás en una especie de trituradora ciega. Lo único que puede salir de ahí es una especie de "fotografía compuesta", algo que es fruto de esas matemáticas de la cuales, como ya señalamos, decía Einstein que en la medida en que son verdaderas no se refieren a la realidad. Nuestras hemerotecas están llenas de revistas con investigaciones cuyos resultados son contradictorios por haber sido realizados siguiendo esos procedimientos.

No obstante, tampoco los objetivos serán intocables. También aquí, al buscar objetivos relevantes, se sigue el famoso principio de "Los tres príncipes de Serendip": "si estás buscando una cosa buena y encuentras otra mejor, deja la primera por la segunda".


2. Métodos cualitativos

El método cualitativo específico que se vaya a emplear depende de la naturaleza de la estructura a estudiar. Que el problema del método está enteramente determinado por su objeto de estudio es un postulado aristotélico general y fundamental (Gadamer, 1977, pág. 385). De hecho, las realidades físicas, químicas, biológicas, psicológicas y sociales se presentan con diferentes formas y generan una infinita gama de problemas al interrelacionarse en múltiples contextos. Así, es natural que las técnicas y los procedimientos metodológicos, para enfrentarlas en forma eficaz y exitosa, respeten y se adapten a su peculiar naturaleza y forma de ser.

La metodología cualitativo-sistémica dispone de una serie de métodos y técnicas, cada uno de los cuales es más sensible y adecuado que otro para la investigación de una determinada realidad. A continuación, ilustramos la idea central que los caracteriza y diferencia. Para una mayor información sobre cada uno, véase la bibliografía respectiva o, también, en Martínez M.

El Método Hermenéutico-Dialéctico. En sentido amplio, éste es el método que usa, consciente o inconscientemente, todo investigador y en todo momento, ya que la dinámica mental humana es, por su propia naturaleza, interpretativa, es decir, hermenéutica: trata de observar algo y buscarle un significado. En sentido estricto, se aconseja utilizar las reglas y procedimientos de este método cuando la información recogida (los datos) necesiten una continua hermenéutica, como sería el caso, por ejemplo, del estudio del crimen organizado, de sujetos paranoicos, etc., donde la información que se nos da puede tratar expresamente de desorientar o engañar. Sin embargo, este método tiene un área de aplicación mucho más amplia.

El Método Fenomenológico. Este método es el más indicado cuando no hay razones para dudar de la bondad de la información y el investigador no ha vivido ni le es nada fácil formarse ideas y conceptos adecuados sobre el fenómeno que estudia por estar muy alejados de su propia vida, como, por ejemplo, el mundo axiológico de los drogadictos, las vivencias de las personas atracadas que estuvieron a punto de morir, la ruptura de una relación amorosa cuando no se ha vivido, una experiencia cumbre (Maslow), etc.

El Método Etnográfico. Es el de mayor preferencia para entrar a conocer un grupo étnico, racial, de ghetto o institucional (tribu, raza, nación, región, cárcel, hospital, empresa, escuela, y hasta un grado escolar, etc.) que forman un todo muy sui géneris y donde los conceptos de las realidades que se estudian adquieren significados especiales: las reglas, normas, valores, modos de vida y sanciones son muy propias del grupo como tal. Por esto, esos grupos piden ser vistos y estudiados holísticamente, ya que cada cosa se relaciona con todas las demás y adquiere su significado por esa relación. De ahí que la explicación exige también esa visión global.

El Método de Investigación-Acción. Es el único indicado cuando el investigador no sólo quiere conocer una determinada realidad o un problema específico y su solución teórica, sino que desea también resolverlo en la práctica, en la vida real. En este caso, los sujetos investigados participan como coinvestigadores en todas las fases del proceso: planteamiento del problema, recolección de la información, interpretación de la misma, planeación y ejecución de la acción concreta para la solución el problema, evaluación posterior sobre lo realizado, etc. El fin principal de estas investigaciones no es algo exógeno a las mismas, sino que está orientado hacia la concientización, desarrollo y emancipación de los grupos estudiados.

El Método de Historias de Vida. Se aconseja este método para los estudios longitudinales de ciertos grupos sociales, donde la visión diacrónica de la realidad constituye una gestalt en el tiempo que no se puede fraccionar sin perder las relaciones esenciales que la configuran como tal. Se concentra en una familia, y a veces en una sola persona, estudiada a lo largo de un amplio período de sus vidas. El ejemplo más clásico de la misma lo tenemos en Los Hijos de Sánchez, de Oscar Lewis, obra que revolucionó los métodos de investigación sociológica y dio aportes como ninguna antes había hecho.

Para algunas investigaciones más específicas y peculiares, quizá, haya que recurrir a otros métodos, como el endógeno, el comprensivo, el naturalista, etc.
Una ilustración más amplia y pormenorizada de los supuestos epistemológicos, estrategias, técnicas e instrumentos de cada uno de estos métodos puede verse en Martínez M.: Comportamiento Humano: nuevos métodos de investigación, 2ª edic. (1996) y en La Investigación Cualitativa Etnográfica .

3. Estrategias

Es también de máxima importancia que se haga énfasis en la naturaleza específica de cada uno de los tópicos que señalamos a continuación:

La Muestra. Cada uno de los métodos cualitativos señalados tiene su forma propia de entender la muestra que nos ofrecerá la información necesaria para realizar la investigación. Pero, en general, la opción ontológica asumida por todos ellos (que es estructural-sistémica) nos exige una muestra que no podrá estar constituida por elementos aleatorios, escogidos al azar, y descontextualizados (como es, la mayoría de las veces, la información recogida a través de encuestas o cuestionarios preconcebidos), sino por "un todo" sistémico con vida propia, como es una persona, una institución, una etnia, un grupo social, etc. Por ello, se impone la muestra intencional, donde se prioriza la profundidad sobre la extensión, y la muestra se reduce en su amplitud numérica. Sin embargo, conviene escogerla de forma que estén representadas de la mejor manera posible las variables de sexo, edad, nivel socioeconómico, profesión, etc., según el caso, ya que su información puede ser diferente y hasta contrastante.

Los Instrumentos. Los instrumentos, al igual que los procedimientos y estrategias a utilizar, los dicta el método escogido, aunque, básicamente, se centran alrededor de la entrevista semi-estructurada y la observación directa o participativa.

En la actualidad, el investigador con metodología cualitativa, para facilitar el proceso de corroboración estructural, cuenta con dos técnicas muy valiosas: la"triangulación" (de diferentes fuentes de datos, de diferentes perspectivas teóricas, de diferentes observadores, de diferentes procedimientos metodológicos, etc.) y las grabaciones de audio y de video, que le permitirán observar y analizar los hechos repetidas veces y con la colaboración de diferentes investigadores.

Sin embargo, la metodología cualitativa entiende el método y todo el arsenal de medios instrumentales como algo flexible, que se utiliza mientras resulta efectivo, pero que se cambia de acuerdo al dictamen, imprevisto, de la marcha de la investigación y de las circunstancias.

Las Categorías. No hay categorías preconcebidas, previas a la investigación. Si el investigador las tiene en su mente, es porque las ha tomado de otras investigaciones, de otras muestras, realizadas por otros investigadores en otros lugares y en otros tiempos, ya que no existen categorías trascendentes. Las verdaderas categorías que conceptualizarán nuestra realidad deben emerger del estudio de la información que se recoja, al hacer el proceso de "categorización". No obstante, se podría partir de un grupo de categorías preestablecidas, con tal de que se utilicen con mucha cautela y como algo provisional hasta que no se confirmen, y no se deje uno llevar por la tendencia (cosa muy fácil y natural) de rotular la nueva realidad con viejos nombres.

El enfoque cualitativo se apoya en la convicción de que las tradiciones, roles, valores y normas del ambiente en que se vive se van internalizando poco a poco y generan regularidades que pueden explicar la conducta individual y grupal en forma adecuada. En efecto, los miembros de un grupo étnico, cultural o situacional comparten una estructura lógica o de razonamiento que, por lo general, no es explícita, pero que se manifiesta en diferentes aspectos de su vida.

Las Variables. Tampoco hay variables (ni dimensiones o indicadores) preconcebidas, ya sea que se consideren independientes o dependientes, pues provendrían, igualmente, del estudio de realidades exógenas a la nuestra. Las verdaderas variables de nuestra realidad emergerán también cuando, después de la categorización, iniciemos el proceso de teorización, es decir, cuando se analicen-relacionen-comparen-y-contrasten las categorías.

La Categorización y la Teorización. Estos dos procesos constituyen la esencia de la labor investigativa. Una buena investigación no puede quedar al nivel empírico, pues no sería investigación propiamente dicha; "la ciencia consiste en crear teorías" (Einstein). El fin de la teorización (y de la categorización que le precede) es lograr estructurar una imagen representativa, un patrón coherente y lógico, un modelo teórico o una auténtica teoría o configuración del fenómeno estudiado, que le dé sentido a todas sus partes y componentes. También aquí, hoy día, están disponibles más de una docena de programas de computación que facilitan la parte técnica de ambos procesos: programas que manipulan, ordenan, organizan y hasta tratan de interpretar y teorizar con los datos cualitativos.

4. Generalización, validez y confiabilidad

La Generalización. ¿Cómo se puede generalizar partiendo del estudio de un solo caso o situación, o de pocos? La generalización es posible porque lo general sólo se da en lo particular. No se trata de estudios de casos (situaciones casuales, azarísticas o aleatorias, que pudieran ser incluso atípicas), sino de estudios en casos o situaciones bien pensadas, y elegidas con base en criterios que las hacen óptimas para lograr los fines que persigue la investigación. Lo universal –según Aristóteles– no es lo que se da siempre o en muchos casos, sino lo que se da por esencia y necesariamente. El mismo Galileo consideraba que las leyes de la naturaleza, que son regulares y que tratamos de descubrir, pueden ser captadas sin necesidad de multiplicar las observaciones, como pensaba y aconsejaba Bacon, sino que bastaba una buena observación realizada "intensivamente" para aprehenderlas.

Shakespeare, por ejemplo, elabora un retrato de Lady Macbeth que no se refiere únicamente a una noble dama escocesa particular que vivió en el siglo XI, sino que es una admirable imagen universal de la ambición y sus estragos. Igualmente, García Márquez estudia y describe una situación en Cien años de soledad, donde capta lo universal latinoamericano; y así han hecho todos los clásicos: por eso son clásicos, y trascienden los lugares y los tiempos. Piaget, por su parte, estudiando a fondo ciertos procesos en sus propias hijas, estructuró leyes de validez universal que han sido consideradas entre los aportes más significativos de la psicología del siglo XX.

Es muy lógico pensar que el grado de transferibilidad de una situación a otra es una función directa de la similitud que haya entre ambos contextos. Por ello, el esfuerzo mayor del investigador debe dirigirse hacia la identificación del patrón estructural que caracteriza a su objeto de estudio. En cambio, no es él quien debe estudiar el grado de similitud de su contexto con otros contextos o situaciones a los cuales puedan transferirse o aplicarse los resultados de su investigación. Esa es tarea de quien vaya a hacer la transferencia o aplicación.

La Validez. Los conceptos de "validez" y "confiabilidad" tienen aquí un significado bastante diferente del que se le asigna en la orientación positivista de la ciencia tradicional, ya que incluyen el concepto de "enfoque" o "perspectiva mental".

Una investigación tiene un alto nivel de validez si al observar, medir o apreciar una realidad, se observa, mide o aprecia esa realidad y no otra; es decir, que la validez puede ser definida por el grado o nivel en que los resultados de la investigación reflejan una imagen clara y representativa de una realidad o situación dada.

Este hecho constituye la validez interna. Hay también otro criterio de validez, la validez externa, que consiste en averiguar hasta qué punto las conclusiones de un estudio son aplicables a grupos similares. Ésta coincide parcialmente con la generalización.

La validez es la fuerza mayor de las investigaciones cualitativas. En efecto, el modo de recoger los datos, de captar cada evento desde sus diferentes puntos de vista, de vivir la realidad estudiada y de analizarla e interpretarla inmersos en su propia dinámica, ayuda a superar la subjetividad y da a estos investigadores un rigor y una seguridad en sus conclusiones que muy pocos métodos pueden ofrecer.

La Confiabilidad. El concepto tradicional de "confiabilidad" implica que un estudio se puede repetir con el mismo método sin alterar los resultados, es decir, es una medida de la replicabilidad de los resultados de la investigación. En las ciencias humanas es prácticamente imposible reproducir las condiciones exactas en que un comportamiento y su estudio tuvieron lugar. Ya Heráclito dijo en su tiempo que nadie se bañaba dos veces en el mismo río.

Si, debido a la evolución, dinámica y cambio de los seres humanos y al entorno en que se hallan, su comportamiento no se puede repetir en forma idéntica sin alterar su verdadera naturaleza, lo lógico es adaptar los métodos y las técnicas a su naturaleza, y no lo contrario, como muchas veces se ha hecho. El estudio deberá ser, más bien, naturalista, fenomenológico, etnográfico y hermenéutico, y la confiabilidad orientada hacia el nivel de concordancia interpretativa entre diferentes observadores, evaluadores o jueces del mismo fenómeno, es decir, la confiabilidad será, sobre todo interna, interjueces. Se considera un buen nivel de esta confiabilidad cuando alcanza un 70%, es decir, que, por ejemplo, de 10 jueces, hay consenso entre 7.

Los Resultados (Informe Final). Los resultados de una investigación cualitativa se exponen en lo que se llama el "Informe Final". Este informe no se limita a exponer unos resultados aislados de la investigación como tal, sino que también ilustra el proceso por medio del cual se llegó a las estructuras particulares de los casos estudiados y a la estructura general, o estructuras generales, que los integran.


Como conclusión general, podríamos dar la siguiente idea: hay muchas formas de hacer las cosas bien. Para lograr una de ellas, es necesario que el investigador, especialmente si es muy joven, no se sienta presionado en una determinada dirección que le impida usar su mejor dotación y la riqueza que lleva dentro de sí. El mismo Bridgman –fundador del operacionalismo y Premio Nobel de física– dice, paradójicamente, que "no existe un método científico como tal (...); el rasgo distintivo más fértil de proceder del científico ha sido el utilizar su mente de la mejor forma posible y sin freno alguno".

ACTIVIDAD: Realizar una lectura dela posición metodológica del Dr. Martínez y preparar, por equipo, un informen-resumen para una discusión socializada del tema en clase.