martes, 28 de abril de 2015

El Proceso de Investigación en ciencias sociales





El proceso de investigación

La investigación científica es un proceso, término que significa dinámico, cambiante y continuo. Este proceso está compuesto por una serie de etapas, las cuales se derivan unas de otras. Por ello al llevar a cabo un estudio o investigación, no podemos omitir etapas. Según Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio, quienes dudan de este requisito pueden pagar distintos precios: que la investigación resultante no sea válida o confiable o, que no cumpla con los propósitos por los cuales se realizó, por lo que deja de ser científica.

Todas las publicaciones que podemos encontrar sobre el proceso de investigación científico aplicado a diversos campos del conocimiento abarcan, prácticamente, las mismas etapas. A veces difieren en el orden en algunos casos, en la cantidad en otros a través de la agrupación o desagregación de algunas de ellas, en el modo de nombrarlas, en el énfasis puesto en cada una, pero en esencia son lo mismo.

Entonces ante la pregunta "¿Cuál es el objetivo de construir un proyecto de investigación, en el que quede claramente definido el proceso y el diseño que llevaremos adelante?", ya casi tenemos esbozada la respuesta. El objetivo es demostrar la importancia, pertinencia, utilidad y factibilidad de su ejecución. Con la aplicación del proceso de investigación científica se generan nuevos conocimientos, los cuáles a su vez producen nuevas ideas e interrogantes para investigar, y es así cómo avanzan la ciencia y la tecnología.

Es importante destacar que las etapas de un proceso o los componentes de un proyecto de investigación no se delinean de una vez y para siempre, aunque por cuestiones analíticas haya que presentarlos secuencialmente. La práctica nos enseña que investigar es una tarea casi "artesanal" en la que es preciso unir el pensamiento riguroso con la imaginación. Lo normal es que haya que reformular continuamente los distintos componentes para que el proyecto logre la coherencia necesaria. El carácter dinámico de la investigación no permite concebir al proceso como teniendo un principio y fin definitivos, sino más bien como un trabajo continuo, de idas y venidas.

Toda investigación se origina en una idea, un problema o situación problemática, pero como las situaciones problemáticas son diversas y de diversa índole, no existe un esquema único para formular los proyectos sobre los cuales el investigador se propone realizar una investigación empírica sobre ellas.

Existe una gran variedad de fuentes que pueden generar ideas de investigación, entre los cuáles podemos mencionar las experiencias individuales, la lectura de libros, revistas, periódicos. Teorías ya desarrolladas, descubrimientos productos de investigaciones, conversaciones personales, observaciones de hechos, creencias e incluso presentimientos también son fuentes de ideas.

La mayoría de las ideas iniciales son vagas y requieren analizarse cuidadosamente para que sean transformadas en planteamientos más precisos y estructurados.  En este momento estamos en la definición del área temática, que implica la selección de un campo de trabajo, de la especialidad o problemática donde nos situamos. Para nombrar algunas de ellas: las relaciones en la escuela, las migraciones internas, las partículas subatómicas, las enfermedades contagiosas, la inflación, entre otros.

La formulación del problema es el hecho más importante en la tarea del investigador porque implica una serie de decisiones previas de la mayor importancia, que generalmente se realizan de manera implícita y no siempre de manera realmente consciente por parte de aquel. En ausencia de un problema, no hay verdadera búsqueda de conocimientos, no hay creación, aunque puedan hacerse valiosos aportes pedagógicos o prácticos: si no hay algo de algún modo desconocido, o mal conocido, no hay en verdad, auténtica necesidad de investigar, de obtener nuevo conocimiento. De esta manera, plantear o formular el problema no es sino afinar y estructurar más formalmente la idea de la investigación.

Las razones para efectuar las preguntas a la realidad, desde una particular visión de la sociedad, pueden ser de diversa índole:

- intelectuales: por el simple deseo de saber o conocer,

- prácticas o políticas: esto significa saber para actuar; conocer un proceso o situación para mantenerlo o para cambiarlo.

Conviene advertir que los problemas de conocimiento no deben confundirse con los problemas de la vida práctica, aunque ambos puedan estar estrechamente ligados. Por ejemplo, no es un problema de investigación reducir los accidentes de tránsito, pero en cambio si lo es responder a la pregunta: ¿Cuáles son las causas que provocan los accidentes de tránsito? Basándose en la respuesta podrá resolverse el problema práctico.

En primer término corresponde entonces, describir la situación problemática. De esta descripción debe desprenderse que es necesario o conveniente producir nuevo conocimiento sobre ella. Es importante señalar que un problema de conocimiento se platea o presenta cuando alcanzamos a precisar que es lo que no sabemos dentro de un área temática determinada, cuando establecemos una especie de frontera entre lo conocido y lo no conocido, y nos decidimos a indagar sobre esto último.

La descripción de la situación incluye las proposiciones que surgen de la observación de la situación, de las lecturas de referencia, de las obtenidas en el proceso de familiarización con ellas a través de entrevistas, de las noticias que aparezcan en los medios, entre otros.

La pregunta que hacemos ante la realidad, desde nuestro paradigma particular, va a determinar toda o buena parte de nuestra investigación. Este es el momento eminentemente valorativo del proceso de investigación en el que entran en juego todos los elementos del paradigma del investigador. La respuesta de este interrogante básico se podrá obtener sólo después de haber hecha la investigación. Dicho de otro modo, el objetivo fundamental de la investigación es resolver precisamente dicho problema de conocimiento (encontrar la respuesta) y su éxito deberá medirse entonces – antes que nada- por la claridad, pertinencia y precisión de dicha respuesta.

Esta pregunta debe ser precisada y acotada, es decir que la misma debe ser siempre acotada en el tiempo y en el espacio. Un problema correctamente planteado, temporal y espacialmente, está parcialmente resuelto, a mayor exactitud corresponden más posibilidades de obtener una solución satisfactoria. El problema debe historizarse, concretizarse, particularizarse, especificarse. Es lo que debe aparecer como dimensión temporal, que no es el tiempo que llevará realizar la investigación, sino el tiempo propio del objeto de estudio. Según éste autor puede ser:

- transversal o sincrónico, en este caso hay que construirlo de tal manera de incorporarle su especificidad histórica, o

- longitudinal o diacrónico, es decir tiene una duración prolongada en el tiempo (meses, años, entre otros)

Una vez que tenemos la realidad transformada en problema, es decir que tenemos ya formulada la pregunta o preguntas cuyas respuestas serán buscadas en la investigación, hay que seguir algunos pasos:

- Repaso exhaustivo de la literatura existente, para así conocer el estado actual de los conocimientos sobre el tema, esto quiere decir la necesidad de conocer los antecedentes. Se deben seleccionar los trabajos que se consideran pertinentes sobre el tema y analizar los elementos que ayuden al propio trabajo.

- Ver cómo definen los investigadores sus propios términos, para así poder reconocer los paradigmas en los que se insertan.

- Verificar si dos o más investigaciones están usando los mismos términos para definir las mismas cosas, o bien si usan diferentes términos para un mismo elemento o bien si usan los mismos términos para definir elementos distintos.

- Qué tipo de periodización están usando y las razones para usar una u otra periodización.

- Si se proponen nuevos problemas a investigar.

- Si no se usaron datos que ahora están disponibles, y no lo estaban en el momento de realizarse esa investigación.

Si es posible sería importante también realizar observación directa sobre el problema y hablar con personas que han trabajado sobre el tema.

En este momento debe estarse en condiciones de formular el marco teórico de nuestra investigación, el cual se corresponderá con la particular visión de la sociedad que tenga el investigador. Aquí es donde hay que sustentar teóricamente el estudio.

El marco teórico es la elaboración teórica de la situación problemática. Ningún hecho o fenómeno puede abordarse sin una adecuada conceptualización. El investigador que se plantea un problema no lo hace en el vacío, como si no tuviese la menor idea acerca del mismo, sino que parte de algunas ideas o afirmaciones previas. Puede partirse de establecer cuáles son las disciplinas o áreas disciplinarias que se ocupan de la situación problemática, a fin de avanzar en el proceso de ponerla en conexión con los desarrollos conceptuales pertinentes desde el punto de vista que interesa al investigador.

Así se estará en condiciones de reseñar las principales corrientes teóricas relativas a la situación problemática. Es, muchas veces, en el propio proceso de investigación donde se refinan los conceptos existentes, a medida que se penetra y conoce más profundamente las características del objeto de estudio.

En este proceso se irá construyendo ese objeto y ubicando la situación problemática en el sistema de problemas y los supuestos propios y ajenos. El marco teórico, también llamado marco de referencia o marco conceptual -este último es más limitado-, tienen precisamente este propósito: dar a la investigación un sistema coordinado y coherente de conceptos y proposiciones que permitan abordar el problema, es decir, trata de integrar al problema en un ámbito donde éste cobre sentido. Una importante función del marco teórico es que conduce al establecimiento de hipótesis o afirmaciones que más tarde habrán de someterse a prueba en la realidad.

El marco teórico comprende la elaboración de dos etapas: a) la revisión de la literatura correspondiente y b) la adopción de una teoría o desarrollo de una perspectiva teórica.

La literatura revisada puede revelar:  que existe una teoría completamente desarrollada, con abundante evidencia empírica y que se aplica a nuestro problema de investigación; que hay varias teorías que se aplican a nuestro problema de investigación; que hay piezas y trozos de teorías con apoyo empírico moderado o limitado, que sugieren variables potencialmente importantes y que se aplican a nuestro problema de investigación; y que solamente existen guías aún no estudiadas e ideas vagamente relacionadas con el problema de investigación

En cada caso varía la estrategia que habremos de utilizar para construir nuestro marco teórico, ya que podemos adoptar una teoría o desarrollar una perspectiva teórica. Lo importante es explicar claramente la teoría y la forma en que se aplica a nuestro problema de investigación.

En síntesis, la función del marco teórico es el de situar nuestro problema dentro de un conjunto de conocimientos que permitan orientar nuestra búsqueda y nos ofrezcan una conceptualización adecuada de los términos que utilizamos.

Una vez definidos teóricamente y de manera implícita nuestros conceptos -o no observables-, debemos reducir el problema teórico a términos concretos y explícitos. Esta actividad se conoce como operacionalización, es decir, tornar objetivables u observables, y en lo posible, mensurables, nuestros términos teóricos. Una vez que están determinados los conceptos -o no observables- con que se trabajará, se debe iniciar la tarea de reemplazarlos válidamente por indicadores -u observables-.

Para eso será necesario prestar atención a cuál de los aspectos del concepto reemplaza el indicador y a la cantidad de indicadores que son necesarios para que el reemplazo sea válido y justificado. Palabras sumamente sencillas pueden ocultar una multiplicidad de significados posibles que contribuyan a oscurecer y en algunos casos a imposibilitar la solución del problema. Operacionalización, por lo tanto, es definir un concepto por las acciones necesarias para observarlo o medirlo.

A continuación debe llevarse a cabo la explicitación de los objetivos de la investigación. En este momento se expresa el tipo de conocimiento que se pretende lograr con la investigación -descriptivo, explicativo, diagnóstico, exploratorio, proyectivo, correlacional, etc.-. Existe una estrecha relación entre los objetivos y las preguntas, ya que aquellos se corresponden con éstas o se derivan de ellas. Los objetivos generales no debieran ser más de dos. Los objetivos específicos son aquellos que deben lograrse para alcanzar los objetivos generales.

Pueden ser objetivos generales:

-cuantificar: establecer la cantidad de elementos que tienen una propiedad dada.

-describir: determinar ciertas propiedades de un objeto o el grado tipo de relación entre objetos.

-explicar: establecer por qué un objeto es o cómo es; si un objeto incide en otro y cuánto, etc.

-diagnosticar: determinar las características de una situación y sus posibles causas.

-evaluar: determinar, según criterios establecidos, en qué medida se han logrado ciertos resultados o metas en el desarrollo de ciertos procesos.

-explorar: indagar si existen propiedades en los objetos no puestas de relieve hasta ahora, o conceptos que se consideran insuficientes en su intención o extensión respecto de lo que sucede.

-correlacionar: ver cómo se relacionan o vinculan diversos fenómenos entre sí o si no se relacionan.

Ustedes pueden preguntar cuál de estos estudios es el mejor. La respuesta es simple: ninguno. Todos estos tipos de investigación son igualmente válidos e importantes. Todos ellos han contribuido al avance de las distintas ciencias. Cada uno tiene su razón de ser. La investigación debe hacerse "a la medida" del problema que se formule, es decir, no decimos a priori "voy a llevar a cabo un estudio exploratorio o descriptivo", sino que primero planteamos el problema y revisamos la literatura y, después, analizamos si la investigación va a ser de una clase u otra.

Los objetivos específicos deben desprenderse de los objetivos generales y estar en consonancia con aquellos. De los objetivos específicos se desprenderán las técnicas que utilizaremos para recolectar los datos que contribuyan a dar respuestas a las preguntas que originaron la investigación.

Formulado nuestro marco teórico y nuestros objetivos de investigación cabe constituir las hipótesis. Una hipótesis es una afirmación conjetural, una proposición tentativa, acerca de la relación entre dos o más fenómenos o variables observadas. La función de la hipótesis en la investigación es sugerir explicaciones a ciertos hechos y orientar la investigación de otros. Son los instrumentos a través de los cuales el científico trabaja con la teoría; por lo tanto son el puente entre la teoría y la investigación.

Tipos de investigación

Las investigaciones científicas en ciencias sociales se puede clasificar en dos grandes grupos: Las investigaciones teóricas y Las investigaciones empíricas.

La investigación teórica

Las investigaciones teóricas son sin ninguna duda las más complejas de las existentes. Este tipo de investigación está normalmente reservadas a personas de una gran experiencia en el campo de la investigación en ciencias sociales. Es por este motivo que no se recomienda que un doctorando inicie su investigación con este tipo de investigación científica.

Las investigaciones teóricas se caracterizan por no realizar ningún tipo de investigación de campo y basarse principalmente en investigaciones científicas previas. Además, son investigaciones muy poco estructuras y muy flexibles por lo que no existe un patrón que indique qué pasos son necesarios seguir para una buena investigación teórica. Un artículo en donde se realice una recopilación y una reconceptualización de un constructo estudiado en el pasado es un claro ejemplo de investigación teórica.

La investigación empírica

A diferencia de las investigaciones teóricas, las investigaciones empíricas se caracterizan por utilizar casos reales de la sociedad para introducir o confirmar teorías científicas. Las investigaciones empíricas son mucho más estructuradas que las teóricas por lo que simplifica el desarrollo de la investigación. La dificultad de escribir y publicar este tipo de investigación es bastante inferior a las investigaciones teóricas por lo que se recomienda a los doctorandos este tipo de investigación para sus tesis doctorales. Además, desarrollar una investigación empírica permite una mayor comprensión de las bases de la investigación científica por parte de los doctorandos.

Las investigaciones empíricas en ciencias sociales se puede clasificar en dos grandes grupos: Las investigaciones exploratorias y Las investigaciones confirmatorias.

Tanto las investigaciones exploratorias como las investigaciones confirmatorias pueden hacer referencia a un estudio transversal o a un estudio longitudinal. El primero de ellos hace referencia a las investigaciones en donde la dimensión temporal no se considera un aspecto relevante para la investigación. Por ejemplo, una investigación de la relación existente entre la estructura organizativa de una empresa y sus resultados económicos se puede estudiar sin tener presente el factor tiempo. En cambio, la investigación de cómo se ve afectado el comportamiento de los trabajadores ante ciertos cambios organizacionales debe tener presente la dimensional temporal.

Las investigaciones empíricas (tanto las exploratorias como las confirmatorias) están formadas por una parte teórica y otra práctica. El investigador debe ser capaz de diferenciar ambas de forma clara para poder realizar una investigación empírica de calidad. Es importante recordar que la investigación científica es teórica y que la parte práctica son solamente casos particulares que sirven para confirmar o rechazar la parte teórica. La investigación exploratoria se realiza cuándo se conoce muy poco sobre un concepto, constructo o materia. También se le suele llamar investigación inductiva. Las investigaciones exploratorias proporcionan información de un reducido grupo de personas, situaciones u organizaciones con el objetivo de obtener un conjunto de proposiciones contrastables que representen una teoría. La investigación confirmatoria tiene como principal objetivo la contrastación de teorías científicas. Este tipo de investigación también se le conoce como investigación deductiva. A diferencia de las investigaciones exploratorias, en las investigaciones confirmatorias se parte de una teoría científica a partir de la cual se establece un conjunto de hipótesis (afirmaciones a comprobar). Posteriormente, y tras recopilar información de una muestra suficientemente grande, la investigación confirmatoria intenta validar las hipótesis propuestas.

La generación de conocimiento científico surge de la interacción de las investigaciones exploratorias y de las investigaciones confirmatorias. Mientras que la investigación exploratoria descubre y propone nuevas teorías a través de proposiciones, las investigaciones confirmatorias las validan o las rechazan en función de unas hipótesis basadas esas proposiciones.


Las investigaciones exploratorias y las investigaciones confirmatorias no son excluyentes en una misma investigación. Es posible encontrar en un mismo artículo científico ambos tipos de investigaciones. Por ejemplo, en una primera parte del artículo se podría proponer una teoría a través de una investigación inductiva y posteriormente se podría poner a prueba la teoría mediante una investigación deductiva. Tal y como se ha comentado previamente, la investigación exploratoria es más creativa y la investigación confirmatoria es más estructurada. No obstante, es muy poco frecuente ver ambas investigaciones en un mismo artículo científico.