El proceso de investigación
La
investigación científica es un proceso, término que significa dinámico,
cambiante y continuo. Este proceso está compuesto por una serie de etapas, las
cuales se derivan unas de otras. Por ello al llevar a cabo un estudio o
investigación, no podemos omitir etapas. Según Hernández Sampieri, Fernández
Collado y Baptista Lucio, quienes dudan de este requisito pueden pagar
distintos precios: que la investigación resultante no sea válida o confiable o,
que no cumpla con los propósitos por los cuales se realizó, por lo que deja de
ser científica.
Todas
las publicaciones que podemos encontrar sobre el proceso de investigación
científico aplicado a diversos campos del conocimiento abarcan, prácticamente,
las mismas etapas. A veces difieren en el orden en algunos casos, en la
cantidad en otros a través de la agrupación o desagregación de algunas de
ellas, en el modo de nombrarlas, en el énfasis puesto en cada una, pero en
esencia son lo mismo.
Entonces
ante la pregunta "¿Cuál es el objetivo de construir un proyecto de
investigación, en el que quede claramente definido el proceso y el diseño que
llevaremos adelante?", ya casi tenemos esbozada la respuesta. El objetivo
es demostrar la importancia, pertinencia, utilidad y factibilidad de su
ejecución. Con la aplicación del proceso de investigación científica se generan
nuevos conocimientos, los cuáles a su vez producen nuevas ideas e interrogantes
para investigar, y es así cómo avanzan la ciencia y la tecnología.
Es
importante destacar que las etapas de un proceso o los componentes de un
proyecto de investigación no se delinean de una vez y para siempre, aunque por
cuestiones analíticas haya que presentarlos secuencialmente. La práctica nos
enseña que investigar es una tarea casi "artesanal" en la que es
preciso unir el pensamiento riguroso con la imaginación. Lo normal es que haya
que reformular continuamente los distintos componentes para que el proyecto
logre la coherencia necesaria. El carácter dinámico de la investigación no
permite concebir al proceso como teniendo un principio y fin definitivos, sino más
bien como un trabajo continuo, de idas y venidas.
Toda
investigación se origina en una idea, un problema o situación problemática,
pero como las situaciones problemáticas son diversas y de diversa índole, no
existe un esquema único para formular los proyectos sobre los cuales el investigador
se propone realizar una investigación empírica sobre ellas.
Existe
una gran variedad de fuentes que pueden generar ideas de investigación, entre
los cuáles podemos mencionar las experiencias individuales, la lectura de
libros, revistas, periódicos. Teorías ya desarrolladas, descubrimientos
productos de investigaciones, conversaciones personales, observaciones de
hechos, creencias e incluso presentimientos también son fuentes de ideas.
La
mayoría de las ideas iniciales son vagas y requieren analizarse cuidadosamente
para que sean transformadas en planteamientos más precisos y estructurados. En este momento estamos en la definición del
área temática, que implica la selección de un campo de trabajo, de la
especialidad o problemática donde nos situamos. Para nombrar algunas de ellas:
las relaciones en la escuela, las migraciones internas, las partículas
subatómicas, las enfermedades contagiosas, la inflación, entre otros.
La
formulación del problema es el hecho más importante en la tarea del investigador
porque implica una serie de decisiones previas de la mayor importancia, que
generalmente se realizan de manera implícita y no siempre de manera realmente
consciente por parte de aquel. En ausencia de un problema, no hay verdadera
búsqueda de conocimientos, no hay creación, aunque puedan hacerse valiosos
aportes pedagógicos o prácticos: si no hay algo de algún modo desconocido, o
mal conocido, no hay en verdad, auténtica necesidad de investigar, de obtener
nuevo conocimiento. De esta manera, plantear o formular el problema no es sino
afinar y estructurar más formalmente la idea de la investigación.
Las
razones para efectuar las preguntas a la realidad, desde una particular visión
de la sociedad, pueden ser de diversa índole:
-
intelectuales: por el simple deseo de saber o conocer,
-
prácticas o políticas: esto significa saber para actuar; conocer un proceso o
situación para mantenerlo o para cambiarlo.
Conviene
advertir que los problemas de conocimiento no deben confundirse con los
problemas de la vida práctica, aunque ambos puedan estar estrechamente ligados.
Por ejemplo, no es un problema de investigación reducir los accidentes de
tránsito, pero en cambio si lo es responder a la pregunta: ¿Cuáles son las
causas que provocan los accidentes de tránsito? Basándose en la respuesta podrá
resolverse el problema práctico.
En
primer término corresponde entonces, describir la situación problemática. De
esta descripción debe desprenderse que es necesario o conveniente producir
nuevo conocimiento sobre ella. Es importante señalar que un problema de
conocimiento se platea o presenta cuando alcanzamos a precisar que es lo que no
sabemos dentro de un área temática determinada, cuando establecemos una especie
de frontera entre lo conocido y lo no conocido, y nos decidimos a indagar sobre
esto último.
La
descripción de la situación incluye las proposiciones que surgen de la
observación de la situación, de las lecturas de referencia, de las obtenidas en
el proceso de familiarización con ellas a través de entrevistas, de las
noticias que aparezcan en los medios, entre otros.
La
pregunta que hacemos ante la realidad, desde nuestro paradigma particular, va a
determinar toda o buena parte de nuestra investigación. Este es el momento
eminentemente valorativo del proceso de investigación en el que entran en juego
todos los elementos del paradigma del investigador. La respuesta de este
interrogante básico se podrá obtener sólo después de haber hecha la investigación.
Dicho de otro modo, el objetivo fundamental de la investigación es resolver
precisamente dicho problema de conocimiento (encontrar la respuesta) y su éxito
deberá medirse entonces – antes que nada- por la claridad, pertinencia y precisión
de dicha respuesta.
Esta
pregunta debe ser precisada y acotada, es decir que la misma debe ser siempre
acotada en el tiempo y en el espacio. Un problema correctamente planteado,
temporal y espacialmente, está parcialmente resuelto, a mayor exactitud
corresponden más posibilidades de obtener una solución satisfactoria. El
problema debe historizarse, concretizarse, particularizarse, especificarse. Es
lo que debe aparecer como dimensión temporal, que no es el tiempo que llevará
realizar la investigación, sino el tiempo propio del objeto de estudio. Según
éste autor puede ser:
-
transversal o sincrónico, en este caso hay que construirlo de tal manera de
incorporarle su especificidad histórica, o
-
longitudinal o diacrónico, es decir tiene una duración prolongada en el tiempo
(meses, años, entre otros)
Una
vez que tenemos la realidad transformada en problema, es decir que tenemos ya
formulada la pregunta o preguntas cuyas respuestas serán buscadas en la
investigación, hay que seguir algunos pasos:
-
Repaso exhaustivo de la literatura existente, para así conocer el estado actual
de los conocimientos sobre el tema, esto quiere decir la necesidad de conocer
los antecedentes. Se deben seleccionar los trabajos que se consideran
pertinentes sobre el tema y analizar los elementos que ayuden al propio
trabajo.
-
Ver cómo definen los investigadores sus propios términos, para así poder
reconocer los paradigmas en los que se insertan.
-
Verificar si dos o más investigaciones están usando los mismos términos para
definir las mismas cosas, o bien si usan diferentes términos para un mismo
elemento o bien si usan los mismos términos para definir elementos distintos.
-
Qué tipo de periodización están usando y las razones para usar una u otra
periodización.
-
Si se proponen nuevos problemas a investigar.
-
Si no se usaron datos que ahora están disponibles, y no lo estaban en el
momento de realizarse esa investigación.
Si
es posible sería importante también realizar observación directa sobre el
problema y hablar con personas que han trabajado sobre el tema.
En
este momento debe estarse en condiciones de formular el marco teórico de
nuestra investigación, el cual se corresponderá con la particular visión de la
sociedad que tenga el investigador. Aquí es donde hay que sustentar
teóricamente el estudio.
El
marco teórico es la elaboración teórica de la situación problemática. Ningún
hecho o fenómeno puede abordarse sin una adecuada conceptualización. El
investigador que se plantea un problema no lo hace en el vacío, como si no
tuviese la menor idea acerca del mismo, sino que parte de algunas ideas o
afirmaciones previas. Puede partirse de establecer cuáles son las disciplinas o
áreas disciplinarias que se ocupan de la situación problemática, a fin de
avanzar en el proceso de ponerla en conexión con los desarrollos conceptuales
pertinentes desde el punto de vista que interesa al investigador.
Así
se estará en condiciones de reseñar las principales corrientes teóricas
relativas a la situación problemática. Es, muchas veces, en el propio proceso
de investigación donde se refinan los conceptos existentes, a medida que se
penetra y conoce más profundamente las características del objeto de estudio.
En
este proceso se irá construyendo ese objeto y ubicando la situación
problemática en el sistema de problemas y los supuestos propios y ajenos. El
marco teórico, también llamado marco de referencia o marco conceptual -este
último es más limitado-, tienen precisamente este propósito: dar a la
investigación un sistema coordinado y coherente de conceptos y proposiciones
que permitan abordar el problema, es decir, trata de integrar al problema en un
ámbito donde éste cobre sentido. Una importante función del marco teórico es
que conduce al establecimiento de hipótesis o afirmaciones que más tarde habrán
de someterse a prueba en la realidad.
El
marco teórico comprende la elaboración de dos etapas: a) la revisión de la
literatura correspondiente y b) la adopción de una teoría o desarrollo de una
perspectiva teórica.
La
literatura revisada puede revelar: que
existe una teoría completamente desarrollada, con abundante evidencia empírica
y que se aplica a nuestro problema de investigación; que hay varias teorías que
se aplican a nuestro problema de investigación; que hay piezas y trozos de
teorías con apoyo empírico moderado o limitado, que sugieren variables
potencialmente importantes y que se aplican a nuestro problema de
investigación; y que solamente existen guías aún no estudiadas e ideas
vagamente relacionadas con el problema de investigación
En
cada caso varía la estrategia que habremos de utilizar para construir nuestro
marco teórico, ya que podemos adoptar una teoría o desarrollar una perspectiva
teórica. Lo importante es explicar claramente la teoría y la forma en que se
aplica a nuestro problema de investigación.
En
síntesis, la función del marco teórico es el de situar nuestro problema dentro
de un conjunto de conocimientos que permitan orientar nuestra búsqueda y nos
ofrezcan una conceptualización adecuada de los términos que utilizamos.
Una
vez definidos teóricamente y de manera implícita nuestros conceptos -o no
observables-, debemos reducir el problema teórico a términos concretos y
explícitos. Esta actividad se conoce como operacionalización, es decir, tornar
objetivables u observables, y en lo posible, mensurables, nuestros términos
teóricos. Una vez que están determinados los conceptos -o no observables- con
que se trabajará, se debe iniciar la tarea de reemplazarlos válidamente por
indicadores -u observables-.
Para
eso será necesario prestar atención a cuál de los aspectos del concepto
reemplaza el indicador y a la cantidad de indicadores que son necesarios para
que el reemplazo sea válido y justificado. Palabras sumamente sencillas pueden
ocultar una multiplicidad de significados posibles que contribuyan a oscurecer
y en algunos casos a imposibilitar la solución del problema.
Operacionalización, por lo tanto, es definir un concepto por las acciones
necesarias para observarlo o medirlo.
A
continuación debe llevarse a cabo la explicitación de los objetivos de la
investigación. En este momento se expresa el tipo de conocimiento que se
pretende lograr con la investigación -descriptivo, explicativo, diagnóstico,
exploratorio, proyectivo, correlacional, etc.-. Existe una estrecha relación
entre los objetivos y las preguntas, ya que aquellos se corresponden con éstas
o se derivan de ellas. Los objetivos generales no debieran ser más de dos. Los
objetivos específicos son aquellos que deben lograrse para alcanzar los
objetivos generales.
Pueden
ser objetivos generales:
-cuantificar:
establecer la cantidad de elementos que tienen una propiedad dada.
-describir:
determinar ciertas propiedades de un objeto o el grado tipo de relación entre
objetos.
-explicar:
establecer por qué un objeto es o cómo es; si un objeto incide en otro y
cuánto, etc.
-diagnosticar:
determinar las características de una situación y sus posibles causas.
-evaluar:
determinar, según criterios establecidos, en qué medida se han logrado ciertos resultados
o metas en el desarrollo de ciertos procesos.
-explorar:
indagar si existen propiedades en los objetos no puestas de relieve hasta
ahora, o conceptos que se consideran insuficientes en su intención o extensión
respecto de lo que sucede.
-correlacionar:
ver cómo se relacionan o vinculan diversos fenómenos entre sí o si no se
relacionan.
Ustedes
pueden preguntar cuál de estos estudios es el mejor. La respuesta es simple:
ninguno. Todos estos tipos de investigación son igualmente válidos e importantes.
Todos ellos han contribuido al avance de las distintas ciencias. Cada uno tiene
su razón de ser. La investigación debe hacerse "a la medida" del
problema que se formule, es decir, no decimos a priori "voy a llevar a
cabo un estudio exploratorio o descriptivo", sino que primero planteamos
el problema y revisamos la literatura y, después, analizamos si la
investigación va a ser de una clase u otra.
Los
objetivos específicos deben desprenderse de los objetivos generales y estar en
consonancia con aquellos. De los objetivos específicos se desprenderán las
técnicas que utilizaremos para recolectar los datos que contribuyan a dar
respuestas a las preguntas que originaron la investigación.
Formulado
nuestro marco teórico y nuestros objetivos de investigación cabe constituir las
hipótesis. Una hipótesis es una afirmación conjetural, una proposición
tentativa, acerca de la relación entre dos o más fenómenos o variables observadas.
La función de la hipótesis en la investigación es sugerir explicaciones a ciertos
hechos y orientar la investigación de otros. Son los instrumentos a través de
los cuales el científico trabaja con la teoría; por lo tanto son el puente
entre la teoría y la investigación.
Tipos de investigación
Las
investigaciones científicas en ciencias sociales se puede clasificar en dos
grandes grupos: Las investigaciones teóricas y Las investigaciones empíricas.
La investigación teórica
Las
investigaciones teóricas son sin ninguna duda las más complejas de las
existentes. Este tipo de investigación está normalmente reservadas a personas
de una gran experiencia en el campo de la investigación en ciencias sociales.
Es por este motivo que no se recomienda que un doctorando inicie su
investigación con este tipo de investigación científica.
Las
investigaciones teóricas se caracterizan por no realizar ningún tipo de investigación
de campo y basarse principalmente en investigaciones científicas previas.
Además, son investigaciones muy poco estructuras y muy flexibles por lo que no
existe un patrón que indique qué pasos son necesarios seguir para una buena
investigación teórica. Un artículo en donde se realice una recopilación y una
reconceptualización de un constructo estudiado en el pasado es un claro ejemplo
de investigación teórica.
La investigación empírica
A
diferencia de las investigaciones teóricas, las investigaciones empíricas se
caracterizan por utilizar casos reales de la sociedad para introducir o
confirmar teorías científicas. Las investigaciones empíricas son mucho más
estructuradas que las teóricas por lo que simplifica el desarrollo de la
investigación. La dificultad de escribir y publicar este tipo de investigación
es bastante inferior a las investigaciones teóricas por lo que se recomienda a
los doctorandos este tipo de investigación para sus tesis doctorales. Además, desarrollar
una investigación empírica permite una mayor comprensión de las bases de la
investigación científica por parte de los doctorandos.
Las
investigaciones empíricas en ciencias sociales se puede clasificar en dos
grandes grupos: Las investigaciones exploratorias y Las investigaciones
confirmatorias.
Tanto
las investigaciones exploratorias como las investigaciones confirmatorias
pueden hacer referencia a un estudio transversal o a un estudio longitudinal.
El primero de ellos hace referencia a las investigaciones en donde la dimensión
temporal no se considera un aspecto relevante para la investigación. Por
ejemplo, una investigación de la relación existente entre la estructura
organizativa de una empresa y sus resultados económicos se puede estudiar sin
tener presente el factor tiempo. En cambio, la investigación de cómo se ve
afectado el comportamiento de los trabajadores ante ciertos cambios
organizacionales debe tener presente la dimensional temporal.
Las
investigaciones empíricas (tanto las exploratorias como las confirmatorias)
están formadas por una parte teórica y otra práctica. El investigador debe ser
capaz de diferenciar ambas de forma clara para poder realizar una investigación
empírica de calidad. Es importante recordar que la investigación científica es teórica
y que la parte práctica son solamente casos particulares que sirven para
confirmar o rechazar la parte teórica. La investigación exploratoria
se realiza cuándo se conoce muy poco sobre un concepto, constructo o materia.
También se le suele llamar investigación inductiva. Las investigaciones
exploratorias proporcionan información de un reducido grupo de personas,
situaciones u organizaciones con el objetivo de obtener un conjunto de
proposiciones contrastables que representen una teoría. La
investigación confirmatoria tiene como principal objetivo la contrastación de
teorías científicas. Este tipo de investigación también se le conoce como
investigación deductiva. A diferencia de las investigaciones exploratorias, en
las investigaciones confirmatorias se parte de una teoría científica a partir
de la cual se establece un conjunto de hipótesis (afirmaciones a comprobar).
Posteriormente, y tras recopilar información de una muestra suficientemente
grande, la investigación confirmatoria intenta validar las hipótesis
propuestas.
La
generación de conocimiento científico surge de la interacción de las investigaciones
exploratorias y de las investigaciones confirmatorias. Mientras que la
investigación exploratoria descubre y propone nuevas teorías a través de proposiciones,
las investigaciones confirmatorias las validan o las rechazan en función de
unas hipótesis basadas esas proposiciones.
Las
investigaciones exploratorias y las investigaciones confirmatorias no son
excluyentes en una misma investigación. Es posible encontrar en un mismo
artículo científico ambos tipos de investigaciones. Por ejemplo, en una primera
parte del artículo se podría proponer una teoría a través de una investigación
inductiva y posteriormente se podría poner a prueba la teoría mediante una
investigación deductiva. Tal y como se ha comentado previamente, la
investigación exploratoria es más creativa y la investigación confirmatoria es
más estructurada. No obstante, es muy poco frecuente ver ambas investigaciones
en un mismo artículo científico.